Comportarse como adultos, Yanis Varoufakis

Hay dos clases de políticos. Los que ven las cosas desde dentro y los que prefieren verlas desde fuera. Los que prefieren verlas desde fuera son aquellos que prefieren ser libres para contar su versión de la verdad. El precio que pagan por su libertad es que los que están dentro, los que toman las decisiones importantes, no les prestan la menor atención. Los que viven las cosas desde dentro, por su parte, deben acatar una ley sacrosanta: no ponerse en contra de los que, como ellos, también están dentro, y no hablar nunca con los de fuera sobre lo que hacen o dicen los de dentro. ¿Cuál es su recompensa? Acceder a información privilegiada y tener la oportunidad sin garantía, eso sí, de influir sobre los que tienen poder y condicionar sus decisiones. – Acto seguido, Summers llegó por fín a su pregunta-: Entonces, Yanis – me dijo- ¿Cuál de los dos eres tú?

Conversación mantenida en Washington DC entre Larry Summers (Ex-Secretario del Tesoro de EEUU) y Yanis Varoufakis (Ministro de Finanzas de Grecia).

Es curioso que este dilema que se plantea al inicio del libro se mantenga durante toda su lectura: O estás con nosotros y aceptas nuestras reglas o estás fuera del juego.

Yanis Varoufakis, un outsider de la política, era profesor universitario, un economista reconocido en el mundo académico y escritor, antes de ocupar el cargo de Ministro de Finanzas de Grecia durante la crisis económica más grave que ha sufrido la eurozona. Su mandato fue breve, ya que Alexis Tsipras le nombró Ministro de Finanzas el 27 de enero de 2015, una vez que el partido político Syriza gana las elecciones generales en Grecia y su dimisión se produce tras el referéndum en el que el pueblo griego rechazó el tercer rescate económico de la Troika, el 6 de julio de 2015.

Comportarse como adultos es un libro difícil de definir: a ratos podría pasar por una novela policíaca y, en otras ocasiones, se aproxima al género de terror. Aunque realmente no es más que el relato autobiográfico de uno de los personajes más interesantes y efímeros de la historia de la Unión Europea. Un hombre que se enfrentó al establishment europeo y supo retirarse al perder la batalla.

La historia comienza mucho antes de que Varoufakis llegara al gobierno griego. Si bien es cierto que Grecia arrastraba una debilidad económica manifiesta fruto de una mala gestión, falta de inversiones y multitud de casos de corrupción, no es menos cierto que los fallos estructurales del diseño en la creación de la Unión Europea, el BCE y, finalmente el euro, no facilitaron una solución dialogada y justa al problema griego. El hundimiento de Wall Street y la crisis crediticia que provocó en 2008 desencadena que los bancos europeos dejen de prestar dinero y Grecia se declara insolvente al ser incapaz de refinanciar su deuda a finales del 2009. Los bancos europeos habían estado prestando dinero, sin suficientes garantías de devolución, tanto a empresas como a gobiernos en los años precedentes a la crisis económica, lo que provoca que se encuentren en una situación muy vulnerable, sobre todo los bancos alemanes y franceses.

El primer rescate de Grecia, según el autor, es la manera encubierta que utilizan tanto Francia como Alemania para rescatar a sus bancos, que se encontraban muy afectados por la crisis y en particular debido a la ingente cantidad de dinero que habían prestado a Grecia y, en menor medida, a otros países como España, Italia, Irlanda y Portugal. Tanto Sarkozy, presidente de Francia, como Angela Merkel, en Alemania, decidieron que no podían vender a sus parlamentos el hecho de que sus ciudadanos tuvieran que poner dinero para salvar a sus bancos por su mala gestión. La oportunidad de librarse del enfrentamiento con sus parlamentos les llega en forma de rescate económico a Grecia. La idea era rescatar al estado griego con dinero de todos los europeos, a través de la UE, y ese mismo dinero sería utilizado por el Gobierno griego para devolver los créditos a los bancos. Con la obligación como contrapartida de aplicar políticas de austeridad en el gasto que faciliten el pago del crédito concedido como rescate y sus intereses. Una idea redonda para ellos y la vuelta a la esclavitud para Grecia. Esta estrategia alimentó el imaginario colectivo europeo en el que los países del sur somos como la cigarra, mientras los del norte son las hormiguitas de la fábula de Esopo. Es decir, Grecia, España, Italia y Portugal son países que no cumplen con el déficit, están de fiesta continua y, cuando les vienen mal dadas, acuden al resto de Europa para que les solucionen sus problemas. Este era uno de los mantras que algunos dirigentes europeos se dedicaron a difundir.


Esa idea se está vendiendo en la actualidad con el tema de los recursos para enfrentarse a la pandemia por coronavirus y la posibilidad de emitir coronabonos para financiar el gasto provocado por la enfermedad. Países como Holanda, que es prácticamente un paraíso fiscal dentro de la Unión Europea, Alemania y Finlandia se niegan en redondo a su emisión, y el Ministro de Economía holandés ha utilizado, una vez más, la idea de que no somos países de fiar y no contenemos nuestro déficit.


Varoufakis se opuso a los rescates a los que fue sometido el pueblo griego, denominando los planes de rescate de la troika como Rescatistán. Su idea principal, que mantiene durante todo el libro, es que es necesaria una reestructuración de la deuda y no más rescates imposibles de devolver.
Su plan era pagar íntegramente las deudas al FMI y a los inversores privados. El dinero adeudado al BCE, durante la época en que fue dirigido por Trichet y que consistía en los bonos SMP, era una cantidad que no debía haber llegado nunca a Grecia y menos en las condiciones en las que se hizo. Por culpa de estos bonos, Grecia entra en un círculo vicioso que consiste en pedir dinero prestado al BCE para después pagar al BCE y liquidar los bonos. Como los estatutos del BCE no le permiten cancelar esta deuda, lo que propone el autor es seguir el camino del Tesoro británico, que consiste en convertir estos bonos en bonos a perpetuidad, lo que devengaría una tasa de intereses pero sin fecha de vencimiento ni caducidad. El canje de los bonos antiguos por los nuevos permitiría al BCE registrarlos.

Por último, la mayor cantidad de deuda corresponde a los dos rescates, y es la cuantía que Grecia debe a los contribuyentes europeos. El planteamiento del autor es que dicha deuda se canjearía por bonos del Estado griego a treinta años, no habría quita pero sí dos condiciones: los pagos anuales quedarían en suspenso hasta que la renta del país se recuperase y alcanzase un nivel; y en segundo lugar, la tasa de interés estaría vinculada a la tasa de crecimiento de la economía. Estas medidas habrían sido suficientes para provocar un crecimiento de las inversiones en Grecia y habrían supuesto el fin de la recesión. Sin embargo, cualquier propuesta que entraba en colisión con el plan de la Troika para Grecia era tomada como una declaración de guerra. Varoufakis argumenta que la lógica en las medidas de la Troika no existía; lo importante era no cuestionar su autoridad, aunque los acreedores no recuperaran su dinero. Sus medidas no se podían contradecir y menos por un Gobierno de izquierdas que podía servir de inspiración a otros gobiernos europeos asfixiados por las políticas de austeridad de la Unión Europea.


Es curioso que, cinco años después de los hechos que narra el libro e inmersos en una crisis sin precedentes provocada por la pandemia del coronavirus, países como la Alemania de Ángela Merkel vean con buenos ojos aplicar alguna de las propuestas que Varoufakis mantuvo en su plan de reestructuración de la deuda. Me refiero a que ahora están hablando de la posibilidad de emitir bonos a perpetuidad por parte de los Estados miembros de la UE que lo precisen. Una manera de financiarse pagando unos intereses bajos y sin fecha cerrada de vencimiento. También Francia ha propuesto la emisión de bonos vinculados al crecimiento.

Varoufakis diseñó toda una estrategia económica para negociar con la Troika que incluía, tanto la reestructuración de la deuda, como un plan de salida del euro, por si las negociaciones no se podían reorientar hacia un programa de reestructuración de la deuda. Un plan audaz que sirviera de transición entre el euro y la vuelta a la antigua moneda griega, el dracma.


Este libro está repleto de traiciones, enfrentamientos, desafíos y mentiras. La descripción de infexibilidad y de la dureza de la Troika; la falta de visión de los líderes y técnicos europeos, junto con su falta de empatía y solidaridad; el déficit de democracia interna de un órgano como el eurogrupo que un día decidió, sin más, expulsar a Varoufakis de la sala donde estaban reunidos, sin precedente alguno en la historia de la UE, y el inmenso poder de unos cuantos funcionarios en la sombra, refleja cómo actúa la gran familia europea cuando se plantean ideas que contradicen sus férreos pilares neoliberales. Este libro deja muy claro que entre Los Soprano o Sucesión no hay mucha diferencia.

Yanis Varoufakis. Comportarse como adultos: mi batalla contra el establishment europeo. Barcelona: Deusto, 2017.

Foto de Constantinos Kollias en Unsplash

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