Stonewall y el Movimiento LGTBIQ+ en España.

Este junio conmemoramos los 55 años de los disturbios que se produjeron en el Stonewall Inn, un bar donde la comunidad LGTBIQ+ de Nueva York se reunía. En los años 60 del anterior siglo en EEUU, pero también en el resto de países del mundo, las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgénero eran perseguidas y discriminadas. En muchos Estados de este país, la homosexualidad era ilegal. Esta situación provocaba que la gente viviera con miedo a que se descubriera su orientación sexual, a ser arrestadas o a perder su trabajo, en algunos casos también a que se les negara la licencia para ejercer profesiones como la Medicina o el Derecho. Incluso la posibilidad de reunirse en bares o locales donde visibilizarse y poder ser ellas mismas estaba prohibida, así los locales que servían bebidas alcohólicas a gays o lesbianas se veían obligados a cerrar en cuanto la policía llegaba. Estos espacios eran considerados lugares de “desorden público”, donde personas del mismo sexo bailaban de manera lasciva. Durante este periodo la represión contra los bares donde se reunía el colectivo LGTBIQ+ era cada vez más asfixiante. Hasta que, en 1969, la madrugada del 28 de junio, unos policías irrumpieron en el bar Stonewall Inn con la intención de hacer una redada utilizando la violencia y la intimidación para llevarse a comisaría a las personas que se encontraban en su interior. Entre toda la gente que se encontraba en el interior del bar fueron tres personas negras, dos de ellas transgénero y una lesbiana, las que se resistieron y encendieron la chispa de la rebelión. Estas personas fueron Sylvia Rivera, Marsha P. Johnson y Stormé DeLarverie, ellas lograron que la multitud reaccionara y defendiera a los que todavía se encontraban en el local. La policía tuvo que llamar para que les asistieran sus compañeros y aun así no pudieron parar la revuelta. Tuvieron que pasar cuatro días para sofocar la protesta. Al año siguiente, el 28 de junio de 1970 se produjo en Nueva York la primera manifestación por los derechos civiles del colectivo LGTBIQ+. Los disturbios de Stonewall demuestran que la lucha contra una injusticia, solo precisa de una mecha para encender la llama de todo un colectivo que cambió la historia.

Al otro lado del Atlántico, en nuestro país la situación de las personas LGTBIQ+ todavía era peor. Durante el franquismo la represión, humillación y violencia contra gays, lesbianas y transexuales fue una constante. En este periodo se consideraban personas enfermas y su orientación sexual constituía un delito. Tal era la persecución a la que se veían sometidas que en 1954 Franco modificó la Ley de Vagos y Maleantes, creada en 1933, con el fin de incluir a las personas LGTBIQ+. De esta manera, se les criminalizó pudiendo sufrir todo tipo de abusos, como el ingreso en cárceles y manicomios, la obligación de someterse a terapias experimentales como los electroshock o lobotomías, diversas vejaciones en los lugares en que les recluían e incluso violaciones o el asesinato. En 1970, se decretó una nueva ley, todavía más represiva como fue la Ley de Peligrosidad Social que castigaba a las personas del colectivo con penas de hasta cinco años de prisión por “escándalo público”. Mientras la Dictadura se dedicaba a perseguir, amordazar y encarcelar a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales existían pequeños resquicios de libertad como el Pasaje Begoña, un pequeño callejón en Torremolinos (Málaga) lleno de bares, donde el respeto a la diversidad lo convertía en una pequeña isla de libertad.

Dos años después de la muerte del dictador, el 26 de junio de 1977, se produjo en Barcelona la primera manifestación LGTBIQ+ a favor de que se derogara la Ley de Peligrosidad Social. Esta protesta sacó a la calle a cientos de personas visibilizando su orientación sexual y aunque la policía irrumpió a base de golpes se considera una de las primeras victorias del movimiento LGTBIQ+. Al año siguiente, las manifestaciones se habían extendido por otras ciudades de España, así tanto Madrid como Sevilla y Bilbao apoyaron la derogación de esta ley y en 1978, por fin se logró su revocación. A partir de este momento ha sido constante la reivindicación del movimiento LGTBIQ+ para conseguir derechos en igualdad y aunque queda mucho camino por recorrer, ya que ni la homofobia ni la transfobia han desaparecido de nuestra sociedad, es indudable que el esfuerzo y la lucha de las personas LGTBIQ+ ha obtenido grandes avances en el reconocimiento de sus derechos y en la conquista de una sociedad más igualitaria, justa y libre.

Foto de Karly Jones en Unsplash 

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