Cristóbal Halffter (1930-2021): “La música vive su vida casi ajena a ti mismo”

Cristina Fernández
El pasado domingo 23 de mayo falleció el compositor y director de orquesta español Cristóbal Halffter. El músico ha sido un referente en la composición española, representando la vanguardia musical con una importante proyección internacional. Sus testimonios sobre su obra y su pensamiento nos ayudan a entender su música, impregnada de un lenguaje personal originado a través de la experimentación musical, sin dejar de lado a la tradición. Fue miembro destacado de la Generación del 51, grupo de músicos entre los que también destacaron Luis de Pablo, Carmelo Bernaola o Antón García Abril, que revolucionaron el panorama musical español con nuevas técnicas musicales como el dodecafonismo y el serialismo.

Halffter dirigió importantes orquestas europeas y americanas como la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de Londres o la Nacional de España entre otras. Su prestigio le llevó a recibir en 1981 la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Fue Premio Nacional de Música en 1989 y era miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, de la Academia de las Artes de Berlín y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Nació en Madrid en 1930 dentro de una familia de músicos. Sus tíos, Ernesto y Rodolfo Halffter, destacaron en dirección y composición musical. En la actualidad su hijo Pedro Halffter Caro, director de orquesta y compositor, ocupa el cargo de director artístico del Teatro de la Maestranza de Sevilla.
El origen alemán de su padre permitió que la familia se refugiara en Alemania durante la Guerra Civil Española. El músico recordaba cómo siendo un niño, se le obligó, desde la escuela donde estudiaba en Baviera, a participar activamente en la Noche de los cristales rotos en 1938. Todas estas vivencias le hicieron tomar conciencia contra el nazismo, el fascismo y la dictadura.

Mi obligación, mi compromiso social es, en este caso, ser fiel a mí mismo y tratar de dejar las cosas escritas tal como las siento y veo. Sería un fraude no dejar tu trabajo hecho lo mejor posible. De acuerdo con mi profundo parecer, la ética tiene que ir unida a la estética y la ética es al fin y al cabo un concepto espiritual.

De regreso a Madrid, Halffter cursó composición en el Real Conservatorio de Madrid. En 1951 acabo sus estudios justo el año que da nombre a la generación que ha pasado a la historia de la música española contemporánea. La búsqueda de una nueva música española alejada del folklorismo, de los nacionalismos y del neoclasicismo imperante, llevó a la nueva generación de inquietos e incomprendidos músicos a la escuela de música de Wolfgang Steinecke en Darmstadt, donde compartieron estudios e ideas con otros creadores como Stockhausen, Luciano Berio, Ligeti o Boulez.
Su extensa obra, más de un centenar de composiciones, consta de música coral, de cámara,  electrónica y grandes obras sinfónicas. En su amplio catálogo de obras sobresalen títulos como MicroformasLíneas y puntosAnillosRéquiem por la libertad imaginadaElegía para la muerte de tres poetas españoles, dedicada a Antonio Machado, Miguel Hernández y García Lorca, Concierto para violonchelo nº 2 (escrito para su amigo Mstislav Rostropovich) así como las óperas Don Quijote, Lázaro y Schachnovelle (La novela del ajedrez).
A la ópera llegó en la madurez, no encontraba un espacio donde poder estrenar ni quien le escribiera lo que quería. Su ópera sobre la figura de Don Quijote la planeó después de proponérsela a varios escritores entre ellos Antonio Buero Vallejo. En 1995 los responsables del Teatro Real de Madrid le propusieron escribir una ópera sobre El Quijote. Con la colaboración de Andrés Amorós se valió del mito quijotesco para expresar sus ideas. Nunca una obra le había llevado tanto tiempo, pero el proyecto exigía ser muy riguroso por la responsabilidad de inspirarse en la figura mítica de El Quijote, tan significativa en la tradición cultural española.
El compositor confesaba su preferencia por el mundo sinfónico, probablemente por su condición de director de orquesta y por la atracción hacia las grandes masas instrumentales y vocales, de mayor riqueza tímbrica y dinámica. En 1968 Naciones Unidas le encargó una obra, la Cantata Yes, Speak out, para conmemorar el vigésimo aniversario de la Declaración de Derechos Humanos. Su preocupación por la degradación de los mismos la plasmó en su tercera ópera La novela del ajedrez, su última gran obra estrenada en 2013 y basada en la novela del mismo título del escritor austriaco Stefan Zweig.
Era un hombre de una gran preocupación social e intelectual con una gran profundidad de pensamiento, comprometido con su profesión y su obra: “Necesito sentir que lo que hago tenga una ética de comportamiento propio, una ética social”, “Mi obligación, mi compromiso social es, en este caso, ser fiel a mí mismo y tratar de dejar las cosas escritas tal como las siento y veo. Sería un fraude no dejar tu trabajo hecho lo mejor posible. De acuerdo con mi profundo parecer, la ética tiene que ir unida a la estética y la ética es al fin y al cabo un concepto espiritual”.
Sobre la creación musical pensaba que “La música vive su vida casi ajena a ti mismo, tú pones en marcha una sonoridad que se desarrolla en el tiempo, pero llega un momento en el que dejas de controlarla y comienza a evolucionar por sí misma y entonces tú debes limitarte a seguirla sin entrometerte o interrumpir ese proceso que se rige por sí mismo”.

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