Desde la aparición de la alfarería, la cerámica jugó un importante papel en la vida cotidiana de hombres y mujeres. Se usó para almacenar, transportar, transformar, cocinar alimentos, así como para rituales religiosos. Además, se convirtió en un potentísimo soporte en el que plasmar la creatividad. Las fases de elaboración han sido prácticamente las mismas, desde las producciones más antiguas hasta las actuales.
En época romana, los alfareros produjeron cerámicas en grandes cantidades y con un acusado carácter utilitario, tanto a torno como con molde, lo que permitió producciones a «escala industrial» o «en serie» por primera vez en la historia.
La cerámica es un material que se documenta en gran cantidad y variedad en las distintas intervenciones arqueológicas, aportando abundante información sobre las sociedades que las elaboraron y consumieron (actividades comerciales, tecnología de la época, rituales y creencias, estructura social, vida cotidiana, hábitos alimenticios), además de ser un importante indicador cronológico y cultural a la hora de datar un yacimiento arqueológico.
En la exposición El proceso de elaboración de la cerámica terra sigillata hispánica y de paredes finas desde la arqueología experimental, tenemos ocasión de apreciar el proceso de fabricación de estos tipos de cerámica a través de las investigaciones y reproducciones realizadas por Vicenta Rico. La exposición estará en el vestíbulo de la Biblioteca Central del 15 de enero al 14 de febrero de 2020; también podéis visitarla de forma virtual.