Recientes análisis alertan sobre un posible mayor efecto negativo del Covid-19 sobre el trabajo remunerado y no remunerado de las mujeres comparado con los hombres (aquí y aquí). En cambio, los últimos datos de la Seguridad Social muestran que la brecha de género en la afiliación a la seguridad social no ha aumentado sino disminuido comparado con 2019. ¿Cómo podemos explicar esta sorprendente “ventaja” de las mujeres en el empleo? En este post vamos a mostrar dos gráficos que muestran el mayor descenso del empleo masculino de momento.
Respecto a los datos, la última Encuesta de Población Activa solo ofrece promedios desde enero a marzo de 2020, por lo que no sirven para contestar a la pregunta. En cambio, los recientes datos sobre afiliación a la seguridad social a 30 de abril de 2020 se pueden comparar con los equivalentes de 2019 para comprobar si hombres o mujeres han sufrido de forma diferente la pérdida de empleo y caída de ingresos por Covid-19. No hay que olvidar dos cuestiones sobre estos datos. Primero, no todas las personas empleadas están afiliadas a la seguridad social (empleo informal), por lo que el número de afiliados es menor que el de ocupados en la EPA (18.458.700 versus 19.681.300). Segundo, las personas que se han acogido a un ERTE no trabajan, pero sí siguen afiliadas a la seguridad social e ingresan una prestación social. A 30 de abril de 2020, 3.396.785 personas afiliadas a la seguridad social estaban protegidas por una situación de suspensión total o parcial por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), un 24% de los afiliados al Régimen General.
Sorprendentemente, la brecha de género, es decir los afiliados varones menos las afiliadas mujeres, ha disminuido entre abril de 2019 y abril de 2020 entre el total de las personas afiliadas a los diferentes regímenes de la seguridad social. En todos los grupos de edad, salvo los mayores de 60 años, ha retrocedido la afiliación a la seguridad social más entre los varones que entre las mujeres (Gráfico1).
Gráfico 1: Brecha de género en afiliación a la seguridad social por edad, 30 de abril 2019 y 2020Fuente: Elaboración propia con estadísticas de la Seguridad Social
Varios factores pueden explicar esta inesperada tendencia. Algunas medidas de protección del empleo a través de ERTE, permisos retribuidos y ayudas a las personas autónomas han contribuido a que estas personas pueden seguir dadas de alta en la seguridad social y sus cotizaciones sufragadas por el Estado. No hemos encontrado datos sobre estas medidas desglosadas para hombres y mujeres. Sí sabemos que los empleos que se han mostrado más esenciales durante la crisis están en gran medida ocupados por mujeres: cajeras, reponedoras, enfermeras, médicas y cuidadoras de mayores dependientes. Aunque también hay hombres realizando tareas esenciales, como personal de seguridad, repartidores, transportistas. La brecha de género depende de la balanza entre creación y destrucción de empleo en sectores más o menos feminizados y masculinizados (Gráfico 2). La afiliación de las empleadas de hogar entre el 30 de abril de 2019 y ese día de 2020 solo ha caído en 29.641 personas. No obstante, muchas de éstas no están dadas de alta en la seguridad social y durante el confinamiento no pudieron seguir prestando su fuerza de trabajo a los hogares. El sector de educación, muy feminizado, perdió afiliados, pero en cambió aumentó la afiliación en actividades sanitarias y servicios sociales en gran número. La hostelería que ha perdido mucha afiliación es un sector mixto, por lo que hombres y mujeres pierden empleo de forma similar. En cambio, hay muchos empleos afectados por el estado de alarma que están masculinizados y que han perdido en su conjunto mucha afiliación: construcción, comercio y reparación de vehículos, transportes y almacenamiento, actividades artísticas y recreativas, y la industria manufacturera.
Gráfico 2: Afiliados último día de abril de 2019 y de 2020, por secciones de Actividad CNAE
Fuente: Elaboración propia con estadísticas de la Seguridad Social
En conclusión, estos datos de 30 de abril de 2020 no muestran de momento un aumento de la brecha de género en detrimento de las mujeres en el empleo con afiliación a la seguridad social, sino lo contrario. Se ha destruido más empleo en los sectores de actividad masculinizados o en los mixtos comparado con los empleos en actividades más feminizadas, que muchos han resultado ser esenciales, sobre todo en la sanidad, los servicios sociales y actividades relacionadas con la alimentación. Habrá que observar qué sucede durante la desescalada, si las mujeres en ERTE volverán a sus empleos o acabarán en el paro, si las mujeres seguirán más atrapadas en contratos temporales y a tiempo parcial y si la brecha de género salarial se verá afectada por el aumento de las reducciones de jornada y de excedencias que se están viendo forzadas a tomar muchas más mujeres que hombres.
Teresa Jurado Guerrero, 16 de mayo de 2020