Ana Heredia
La reincorporación al trabajo tras la baja maternal requiere de una adaptación logística por parte de la familia. Además, en el caso de muchas mujeres, se da un proceso emocional complejo, donde las emociones encontradas son las protagonistas.
Esta adaptación física y psicológica no es un proceso fácil, pero la realidad es que es muy común que resulte todo un reto. Por ello, esperamos que estas líneas te resulten interesantes y sean de ayuda en esta transición.
Mezcla de emociones
Cuando se va acercando el momento de reincorporarse al trabajo pueden aparecer a la vez la ilusión por la vuelta a la actividad laboral y la ansiedad y culpa por separarse del bebé y enfrentarse a la nueva rutina.
Es lógico que aparezca ansiedad ante lo desconocido cuando piensas en dejar a tu bebé al cuidado de otra persona o en si serás capaz de manejar esta nueva rutina, es decir, de conciliar. Para lidiar con esta emoción, primero respira hondo y recuerda que tu bebé estará bien y si por algún motivo te necesitan se pondrán en contacto contigo.
Si dudas sobre tus habilidades en el trabajo después de esta pausa, date tiempo para ponerte al día. No has olvidado como hacerlo y probablemente solo necesites algunos días para realizar los ajustes necesarios y sentirte más segura.
Junto con la ilusión puede aparecer la culpa por querer volver. Esta emoción puede surgir como consecuencia de pensamientos como “no debería sentirme bien, soy una mala madre”
Como comentábamos al inicio, las emociones más desagradables pueden mezclarse con otras como la ilusión por volver. Disfruta de este momento, de tu trabajo, tus compañeros, de salir de casa y concéntrate lo máximo posible cuando estés en ello.
Junto con la ilusión puede aparecer la culpa por querer volver. Esta emoción puede surgir como consecuencia de pensamientos como “no debería sentirme bien, soy una mala madre”. Recuerda que ser una buena madre no está relacionado con cómo te sientas en cada momento y por supuesto, qué sentir ilusión por retomar un área importante para ti es completamente normal. Se compasiva contigo misma, lo estás haciendo bien.
Separarse del bebé por primera vez también puede ocasionar un sentimiento de tristeza. Permítete llorar o expresar lo que sientes. Se trata de un proceso y pasará, mientras tanto normaliza tus emociones.
Expectativas y planificación
Es probable que durante tu embarazo hayas pensado en cómo te gustaría que fuese tu nueva vida. Ahora que eres mamá, es el momento de revisar tus prioridades pensando en ti, en tu bebé y en las necesidades que podáis tener a nivel familiar. De esta forma, aunque a veces resulte complejo, será más fácil encontrar el equilibro. Si sientes que lo que tenías en mente no encaja con lo que necesitas ahora, no dudes en permitirte este cambio de opinión y trasladarlo a quien sea necesario.
Puede ser de gran ayuda planificar en pareja (si la tienes) con antelación los horarios, el cuidado del bebé, la lactancia…, y por ejemplo tomar contacto con el entorno de trabajo antes del primer día. Incluso que, en la medida de lo posible, tanto tú como tu bebé comencéis esta nueva rutina de forma gradual.
Apoyo emocional y logístico
Como comentábamos al inicio, la mezcla de emociones será con el tiempo menos intensa y te sentirás más segura en esta etapa. Precisamente porque se trata de un proceso, no olvides cuidar de ti. Puedes hablar con otras madres en tu situación y expresar como te sientes para recibir apoyo emocional. Puedes pedir la ayuda logística que necesites a tu entorno. Y si sientes que la situación te desborda siempre está la opción de acudir a la ayuda profesional para que pueda guiarte y acompañarte en este proceso.
Volver al trabajo tras la baja maternal puede ser todo un reto, pero con estos consejos y el apoyo necesario puede conseguirse. Mucho ánimo para esta nueva etapa.