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La Propiedad Industrial se forma con las patentes de invención, las marcas, nombres comerciales y los diseños comerciales. Por otra parte la Propiedad Intelectual se refiere a las obras científicas, programas de ordenador, metodologías y test.
Las patentes protegen las invenciones reconociendo a su autor el derecho exclusivo durante 20 años para comercializar o licenciarlas a terceros a cambio de una compensación. A cambio de ese derecho, el autor da a conocer todos los detalles de su invento mediante la publicación de la patente de manera que un experto en la materia pueda reproducirlo por ingeniería inversa. Con la información publicada, las oficinas oficiales (En España la OEPM http://www.oepm.es ) se forman las bases de datos de patentes que proporcionan, de forma gratuita, una información muy amplia sobre tecnología, materiales y procedimientos.
Definición: “Una Patente es un título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva la invención patentada, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular. Como contrapartida, la patente se publica para el general conocimiento”[1]
Para un emprendedor/a, por tanto, las patentes son una fuente de protección de sus invenciones, pero también, una fuente de información sobre tecnología para su proyecto. Según la investigación realizada en el año 2009 por el profesor Valls para RedEmprendia, los proyectos de emprendimiento basados en avances tecnológicos y científicos tienen más posibilidades de éxito que los meros proyectos de intermediación o de productos indiferenciados. Estos avances pueden lograrse investigando y desarrollando un producto o servicio innovador propios, o por el contrario, licenciando una patente de otro que le ayude a ofrecer más utilidad y atractivo a los clientes. En todo caso, debe el emprendedor realizar una “vigilancia tecnológica” a través de las bases de datos de patentes (ver INVENES y ESPACENET en la web de la OEPM), de las revistas técnicas, y de la información comercial publicada para conocer las novedades y tendencias del estado de la técnica de un sector e identificar posibles clientes y proveedores.
En definitiva, para un emprendedor las patentes son:
- Una fuente de información para determinar la tecnología de su proyecto y evitar inventar algo que ya existe
- Una forma de proteger sus invenciones
- Una manera de innovar licenciando tecnología de otros
- Una tarjeta de visita para darse a conocer
- Una manera de dar la seguridad a posibles inversores de que el proyecto está protegido debidamente
- Una forma de incorporar el conocimiento al activo de la empresa mediante una aportación no dineraria
- Un forma de facturar el conocimiento o “know how” de un proyecto y no solo la dedicación horaria
Condiciones para que una solicitud de patente sea concedida:
Una invención patentable debe cumplir las siguientes tres condiciones:
- Novedad: lo reivindicado en la solicitud no debe estar comprendido en el estado de la técnica (tecnologías similares publicadas) en el momento de la solicitud
- Altura inventiva: la invención propuesta no puede resultad evidente para un experto en la materia
- Aplicación industrial: debe permitir una fabricación viable en la industria
Otra forma de propiedad industrial es el Secreto Industrial, que resulta muy conveniente cuando la invención no queda expuesta en el producto. El proceso de establecer un Secreto Industrial o Empresarial consiste en reservar la información sensible sobre productos o procesos manteniéndola de forma confidencial por tiempo ilimitado, además de mantener el secreto reservado mediante la protección física y el compromiso contractual de las personas que acceden o pueden acceder al secreto. La elevación a público ante notario del secreto y de los compromisos de confidencialidad resulta útil.
Participantes en el ciclo de patente:
- El inventor o inventores con sus porcentajes de autoría.
- El agente de la propiedad industrial que ayuda a redactar la patente.
- La oficina donde se presenta la solicitud: española (OEPM), europea (EPO) o americana (USPO).
- Las vías de comunicación a las empresas potencialmente interesadas en utilizar la patente o los productos elaborados a partir de la patente.
- Las instituciones que puedan apoyar en redacción de la patente y en su promoción.
- Los países en los que queramos mantener activa la patente pagando las anualidades correspondientes.
- Los proveedores de informática, dibujos, logos, etc. Es importante reflejar en el contrato de servicios que su trabajo no genera derecho alguno de la propiedad intelectual.
- Los trolls y piratas varios que tratan de aprovecharse o extorsionar.
Para formalizar la Propiedad Intelectual de obras científicas, programas de ordenador, test psicológicos, metodologías, etc. se procede a su inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual.
En conclusión, la Propiedad Industrial e Intelectual es un elemento relevante dentro del proyecto emprendedor que le permitirá básicamente tres cosas: primero informarse de la situación de la técnica que vaya a emplear, segundo proteger su posibles invenciones o desarrollos originales y tercero, ofrecer un producto o servicio innovador basado en I+D con utilidad tanto comercial como económica.
[1] Según la Guía de la propiedad intelectual e industrial CEIM CM, realizada por Clarke Modet & C en 2010
Sixto Jansa
Cuenta con una amplia experiencia académica, en la que ha ocupado cargos de responsabilidad, entre los que destacan: de Dirección de Operaciones en Claustro Senior y en ESCP Europe, Profesor Asociado en la Universidad Carlos III de Madrid y en la UNED.
Director OTRI UNED
Web: http://www.oepm.es
E-mail: sjansa@pas.uned.es
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