La Red de Cátedras del Agua identificará nuevos indicadores para medir la sostenibilidad del sector
03 de noviembre de 2022
El cambio climático y el crecimiento poblacional han hecho que en los últimos 100 años se haya multiplicado por seis la presión sobre los recursos hídricos, un dato que obliga más que nunca a cambiar las estrategias de gestión hacia modelos más sostenibles y circulares, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que marca la Agenda 2030.
Es un cambio de modelo más urgente, si cabe, en el actual contexto socioeconómico que fuerza una transformación de todos los modelos productivos, poniendo a las personas en el centro para no dejar a nadie atrás e incorporando el binomio agua-energía en la ecuación que optimice la gestión de los recursos hídricos.
La adopción de las mejores decisiones y la priorización de las actuaciones de mejora que se propongan precisa contar con información y datos ciertos acerca del estado y nivel de sostenibilidad y circularidad del ciclo del agua, especialmente del ciclo urbano del agua, y para ello se hace imprescindible identificar los indicadores que permitan medir y comparar la gestión eficiente y sostenible del agua en cada territorio y operador.
Así se concluye en el II Elevator Pitch de la Red de Cátedras del Agua, en el que se han compartido los avances de proyectos desarrollados en diversas cátedras de la red, encaminados precisamente a identificar estos indicadores a diferentes escalas y temáticas, especialmente en sostenibilidad y circularidad, que será uno de los ejes prioritarios que incorpora esta red de intercambio de conocimiento a partir de la premisa de que lo que no se mide difícilmente se puede gestionar y, por tanto, no se puede mejorar.
Nuevos indicadores de circularidad
Así lo anunciaba Sofía Tirado, de la Cátedra de Economía del Agua de la UNED-Aquae, que destacaba como conclusión de los proyectos de la cátedra que actualmente solo hay cuatro indicadores de circularidad centrados en la reutilización de aguas regeneradas y hace falta incorporar nuevos indicadores estratégicos y prioritarios para poder evaluar el grado de implantación y eficacia de las políticas de economía circular en el ciclo del agua.
En los últimos años, se han desarrollado numerosas estrategias y planes de acción en materia de economía circular, tanto a escala europea, estatal, autonómica como local, donde el agua ha tenido un escaso y dispar tratamiento. No obstante, el agua ofrece un gran potencial para la transición hacia la economía circular.
Así, la circularidad en materia de agua implica la mejora de la eficiencia hídrica, la planificación hidrológica, la reutilización de agua regenerada, la valorización energética de los lodos que se obtienen en el proceso de depuración o el aprovechamiento de lodos generados en dicho proceso, entre otros, ha señalado Tirado.
Una de las principales carencias que dificulta las acciones para la introducción de la economía circular del agua es la de indicadores que evidencien el resultado de su aplicación, así como su evolución y posibilidades de mejora, ha señalado Tirado.
«Lo que no se mide difícilmente se puede gestionar y, por tanto, no se puede mejorar»
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