La complejidad y el empeño por la participación ciudadana

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18/10/2018 – María Benita Benéitez (UCM)

Rousseau al comienzo de su obra el Emilio o la Educación (1762) nos advierte de la dificultad que la educación tiene para formar a un hombre y a un ciudadano al mismo tiempo: “¿qué hemos de hacer cuando son opuestas y en vez de educar a uno para sí propio le quieren educar para los demás? La armonía, entonces, resulta imposible, y forzados a oponernos a la naturaleza o a las instituciones sociales, es forzoso elegir entre formar a un hombre o a un ciudadano, no pudiendo hacer al uno y al otro a la vez”.

Este no es el lugar para profundizar en el modelo de ciudadanía republicana que caracterizará la propuesta política ruossoniana, aunque si podamos aludir a la interpretación que de ella hacen dos autores imprescindibles cuando en la actualidad se promueve la participación política ciudadana y una propuesta política deliberativa, Carole Pateman y Jürgen Habermas, respectivamente.

La primera considera que la propuesta participativa de Rousseau refuerza la libertad, la interdependencia y el sentimiento de pertenencia a la comunidad de todos los ciudadanos; el segundo adapta el principio democrático de la soberanía popular a una sociedad plural. Teniendo como base para la definición de la ciudadanía, la teoría democrática participativa y las propuestas de una ciudadanía activa y comprometida con lo común, se señala el objeto de este blog la compleja y recurrente propuesta por la participación ciudadana.

Los mecanismos de participación política ciudadana son muy aplaudidos por la teoría democrática y los análisis que estudian ejemplos consolidados de participación ciudadana –presupuestos participativos, encuestas deliberativas, democracia de proximidad, consultas populares, gobierno abierto, entre otros muchos– así como por la elaboración de índices que intentan medir la calidad democrática y que relacionan estrechamente -de nuevo- con la participación política de todos los ciudadanos, véase V-Dem. El desconcierto y la complejidad aparecen cuando comprobamos que esta participación sigue siendo débil y muy desigual, aunque desde distintos foros estén de manera constante promoviendo esta participación.

A nivel local podemos visitar las web de los ayuntamientos españoles donde nos encontraremos con consejos locales participativos, un gobierno abierto a las propuestas ciudadanas, presupuestos participativos así como por consultas ciudadanas para decidir y legitimar diferentes medidas municipales; si subimos de nivel institucional a nivel europeo podemos señalar el Programa Europa con los Ciudadanos (20014-2020).  Programa de la Comisión Europea destinado a impulsar la participación activa de los ciudadanos en la vida democrática de la Unión, mediante la financiación de planes y actividades que promuevan el conocimiento de la historia y los valores compartidos de Europa, a través de un diálogo constante con las organizaciones de la sociedad civil y las autoridades locales.

Su capítulo dos promueve el compromiso democrático y la participación cívica apoyando: actividades de establecimiento de la agenda, promoción durante la fase de preparación y negociación de propuestas de políticas, proyectos e iniciativas que desarrollan oportunidades para el entendimiento mutuo, el aprendizaje intercultural solidario, el compromiso social y el voluntariado a nivel de la Unión. Sin negar la necesidad e importancia de los mecanismos participativos cuando nos detenemos en los porcentajes reales de ciudadanos que participan los datos siguen estando muy lejos de lo esperado.

Entremos en una de las plataformas de participación ciudadana Decide Madrid que contiene información sobre las propuestas ciudadanas de los vecinos de Madrid, las dos consultas ciudadanas hasta ahora realizadas y todo el proceso de elaboración de unos presupuestos participativos. Si nos detenemos en las propuestas ciudadanas de esta plataforma comprobamos que partiendo de un número de apoyos para su aprobación inferior a 30.000 ciudadanos en la mayoría de los casos los apoyos recibidos no superan un 0,5% de estos apoyos necesarios.

Estas plataformas no pretenden cumplir con todas las exigencias de la teoría democracia participativa o la política deliberativa, pero si nos sirven para replantearnos constantemente la complejidad de la relación ciudadanía – participación política.

Todo esto hace necesario no desistir en una reformulación constante de la ciudadanía sin olvidar lo razonable: a. la apertura de la participación ciudadana a otras esferas sociales y b. la responsabilidad de todo ciudadano de conformar su juicio político, en definitiva, y siguiendo a Pierre Rosanvallon (2009, 155): “diversificar, complejizar, multiplicar cada vez más las formas de organización de la sociedad”.

Referencias

Beiner, Ronald (1987). El juicio político. México: Fondo de Cultura Económica.

Pateman, Carole (2014). Participación y Teoría Democrática. Buenos Aires: Prometeo.

Pierre Rosanvallon (2009), “La democracia y sus condiciones”, en Cuadernos del Cendes, 71.

NOTA: Imagen de portada de narciso 1 libre de derechos

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2 comentarios

  1. Me gustó el primer párrafo introductorio.

    Respecto a la plataforma Decide Madrid, me parece interesante y es una lástima la baja participación. Mi única objeción es los pocos apoyos que se requieren para votar las propuestas (27662 apoyos), aunque aun siendo pocos normalmente no llegan a alcanzarse.

    Sinceramente, es una pena que la ciudadanía no se implique. Estoy seguro de que hay propuestas que contentarían a gran parte de la población, pero ni siquiera las conocen.

  2. Pingback: Participa, que algo queda

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