Tesis Mario Ballesteros Olza
Beneficios para la salud y el bienestar de las personas derivados de la exposición a espacios azules urbanos
La población urbana no ha dejado de crecer exponencialmente desde mediados del siglo XX y seguirá haciéndolo hasta superar los dos tercios de la población mundial en 2050. Este proceso urbanizador suele traer consigo importantes beneficios relativos al crecimiento económico y el desarrollo humano, pero también plantea serios retos para la salud pública relacionados con la salubridad del ambiente urbano. Así, velar por la salud pública en las ciudades es más importante que nunca y, para ello, desde esta tesis doctoral se ha apostado por investigar los beneficios para la salud de las personas que se derivan del contacto con los espacios azules urbanos (es decir, espacios naturales urbanos en los que el agua es el elemento central, como es el caso de los ríos, lagos, playas, etc.).
Durante la investigación, se estudió un caso local (Barcelona) y uno nacional (España). En el caso de Barcelona, se analizó la posible asociación entre la proximidad a los espacios de playa desde el hogar y el estado de salud general de sus habitantes. Los resultados evidenciaron una asociación positiva entre vivir más cerca de las playas de Barcelona y una mejor salud general de las personas. Además, en línea con lo que ya habían apuntado algunos estudios previos, al estratificar los resultados según el nivel de ingresos de la unidad familiar, las personas con un nivel socioeconómico más bajo presentaron una asociación más fuerte entre salud general y proximidad a la playa.
Por otro lado, en la investigación realizada a escala nacional, se analizaron más de medio millón de reseñas de Google Maps, correspondientes a espacios azules (playas y parques ribereños) y espacios verdes (parques y jardines ornamentales) presentes en varias ciudades españolas, con el objetivo de conocer cómo valoran los usuarios los distintos tipos de espacios naturales urbanos y a qué se deben dichas valoraciones. Los resultados mostraron que los espacios azules fueron mejor valorados que los verdes y, a su vez, que las playas, parques ribereños y jardines ornamentales presentaron valoraciones similares y superiores a las de los parques. Además, se observó que las menciones a la estética de los espacios fueron las más frecuentes y de las más relacionadas con la probabilidad de que los espacios fuesen bien valorados. También destacaron las relacionadas con la práctica de actividad física, las interacciones sociales, la relajación, la calidad del aire, la naturaleza y la biodiversidad, así como las relativas al estado de conservación y limpieza del espacio en general.
Al comparar las valoraciones y las opiniones efectuadas para los distintos tipos de espacios, los parques ribereños resultaron entre los mejor valorados y, a su vez, se mostraron como los espacios en los que las cuestiones sobre la salud de las personas tuvieron un mayor protagonismo. En este sentido, cabe destacar la preferencia de los usuarios para practicar actividad física en este tipo espacios, así como para el encuentro social y para la relajación y el descanso. Algo que podría interpretarse como que estos parques ribereños contribuyen a una mayor promoción de estas actividades saludables, en comparación con el resto de espacios.
Así, los resultados de este trabajo contribuyen al conocimiento sobre los beneficios para la salud que se derivan de la presencia y el contacto con los espacios azules urbanos, con el fin de garantizar que los responsables del planeamiento urbano, la protección del medioambiente y la promoción de la salud pública tengan a su disposición el mayor conocimiento posible sobre dichos beneficios y, por tanto, de la importancia de proteger y conservar estos espacios adecuadamente para asegurar su funcionalidad y prestación de servicios ambientales.
Mario Ballesteros Olza
Mario Ballesteros es Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Alcalá y Máster en Gestión Integral del Agua por la Universidad de Zaragoza. En 2022, obtuvo su Doctorado en Economía y Empresa por la UNED, en donde realizó su tesis doctoral en el marco de la Cátedra Aquae de Economía del Agua. Actualmente, trabaja en el CEIGRAM (UPM), donde forma parte del equipo de investigación de RECLAMO, un proyecto enfocado en el uso de agua regenerada para riego agrícola. Anteriormente, ha participado en diversos proyectos relacionados con la implementación de la DMA en España, la gestión del riesgo de sequías e inundaciones, las inversiones en el ciclo urbano del agua o el nexo agua y salud en las ciudades.