Desarrollo de una Comunidad Sostenible en la comunidad ayoreo de Campo Loro: diseño de un sistema fotovoltaico de bombeo y tratamiento de agua como parte de una Acción de Buena Voluntad

Loisa Lariño, ganadora del Premio a Mejor Trabajo Final de Máster 2020 de la Cátedra Aquae, plantea a lo largo de su investigación el diseño de un sistema de gestión de recursos hídricos a través de energía fotovoltaica en la comunidad indígena de ayoreo del Campo Loro, en Boquerón (Paraguay).

Descarga aquí su trabajo titulado: ‘Desarrollo de una Comunidad Sostenible en la comunidad ayoreo de Campo Loro: diseño de un sistema fotovoltaico de bombeo y tratamiento de agua como parte de una Acción de Buena Voluntad

 

 

El nexo agua-energía-territorio: una visión transversal de los sistemas
Por Loisa Lariño Mora

El agua, la energía y el territorio son tres recursos esenciales para la vida humana. Sin embargo, el aumento global de su consumo o uso, así como la disminución o degradación de sus provisiones, suponen un problema inmediato para la sociedad en su conjunto. La situación es especialmente preocupante considerando agravantes como el aumento poblacional, el cambio climático o el agotamiento de las reservas de combustibles fósiles.

Una adecuada gestión de estos recursos es fundamental y urgente, aunque no resulta una tarea sencilla: son recursos limitados y su disponibilidad varía territorialmente, pero su demanda continua aumentando globalmente y el acceso a ellos todavía no ha sido asegurado para todos; además, existen mercados asociados a ellos y cualquier acción podría tener repercusiones mundiales, no solo debido a la globalización imperante en la sociedad actual, sino sobre todo a los múltiples enlaces y dependencias que unen los recursos entre sí. Ejemplos de esto son que el agua se puede utilizar para generar energía, pero es necesaria en la agricultura para irrigación; o que el territorio, necesario para la producción de alimento, puede también ser utilizado para la producción de energía, sea usando el terreno para energías renovables como la biomasa o la solar, o para energías convencionales mediante la construcción de una central térmica.

Es por lo tanto importante que se consideren estos enlaces detenidamente en la gestión del agua, energía y territorio para evitar errores que puedan acarrear consecuencias indeseadas y un desequilibrio de los recursos. El reciente caso de los biofueles es un claro ejemplo: su estudio, desarrollo y uso fue impulsado ávidamente durante varios años con el objetivo de reducir emisiones y como alternativa al uso de combustibles fósiles, sin anticipar posibles consecuencias que rápidamente se tornaron reales, como la pérdida de biodiversidad o la lucha por recursos entre los cultivos energéticos y alimenticios.

¿Cómo podemos evitar de cara al futuro que situaciones como estas no se repitan?

Actualmente, el planteamiento preferido de la comunidad científica y política para dar respuesta a esta cuestión es el concepto del nexo de recursos.

Principalmente centrado en la cuantificación, análisis y optimización de esos enlaces y sinergias entre recursos, este concepto ha ganado popularidad en la última década como instrumento de ayuda en la elaboración de políticas o en la toma de decisiones relacionadas con la gestión de recursos.

El enfoque del nexo de recursos defiende una gestión integrada de estos, priorizando una visión global de los sistemas de recursos en vez de únicamente sectorial. En otras palabras, analiza los recursos focalizando sobre todo en la intersectorialidad de su uso y las relaciones de dependencia entre sectores, para así poder determinar el impacto de ciertas acciones realizadas sobre un recurso en el resto o cómo optimizar el uso de recursos, entre otros aspectos.

Los recursos considerados dentro del nexo pueden ser variados, y dependiendo del ámbito de trabajo o de la publicación científica que leamos podemos encontrar desde dos recursos seleccionados (agua-energía es una combinación frecuente) hasta cuatro (agua-energía-territorio-clima, por ejemplo). Sin embargo, el nexo de recursos más habitual es el nexo agua-energía-territorio.

Las raíces del concepto se pueden remontar a la crisis del petróleo de la década de los setenta, por lo que no es un concepto novedoso. Sin embargo, su relevancia aumentó substancialmente tras el Foro Económico Mundial de 2008 y la conferencia de Bonn2011 “El nexo entre el agua, la energía y la seguridad alimentaria. Soluciones para la economía verde”. En ambos eventos se reconoció la importancia de la perspectiva nexo para los esfuerzos cara el desarrollo y la sostenibilidad, y desde entonces tanto el número de publicaciones científicas como de proyectos relacionados con el nexo agua-energía-territorio ha crecido de manera significativa.

El nexo de recursos se ha convertido en un vibrante tema de estudio que ya está siendo clave en la esfera política para la toma de decisiones relacionadas con los sistemas de recursos. Es sobre todo innovador por alejarse del “pensamiento sectorial”, más sencillo, que normalmente consideraba apenas un recurso como foco principal, examinando poco o nada cómo podía afectar a los demás. La interdisciplinariedad y transversalidad del concepto nexo lo hace más complejo, tanto en necesidad de datos y expertos con formación en los diferentes sectores, como en la propia ejecución de un análisis coordinado de los sistemas de recursos. No obstante, puede convertirse en la llave maestra que necesitábamos para trabajar de manera más informada y segura hacia metas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la lucha contra el cambio climático.