Los cuidados no solo de los menores, sino de las personas mayores o dependientes, ha recaído tradicionalmente en las mujeres; una tendencia que, si bien comienza a revertirse sobre todo en lo que a los hijos se refiere, necesita todavía de un cambio generalizado en toda la sociedad. La UNED, que ha liderado durante cuatro años (2015-2018) el Proyecto IMPLICA a nivel nacional con la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, asume ahora la coordinación del Proyecto Men in Care: Workplace support for caring masculinities (MiC), la continuación internacional del anterior con el que se diseñarán e implementarán acciones encaminadas a fomentar la incorporación de los varones a los cuidados y en el que “se pondrán a prueba y se difundirán a nivel internacional los resultados de IMPLICA”, tal y como explica Teresa Jurado Guerrero, profesora del Departamento de Sociología II e investigadora principal del proyecto.
El Proyecto MiC, que se llevará a cabo entre 2019 y 2021, integra a un total de 13 entidades cosolicitantes y nueve entidades asociadas de siete países, todas ellas vinculadas desde distintos ámbitos -investigación, Administración Pública, organizaciones sindicales y empresariales, etc.- a la potenciación de medidas de conciliación y corresponsabilidad que impliquen repartos equitativos como elemento imprescindible para avanzar en igualdad de género. De manera especial, el proyecto MiC se propone investigar, detectar, proponer y promover acciones dirigidas a implicar a los hombres en roles de cuidado a través de su impulso y puesta en marcha en el ámbito laboral. A juicio de Teresa Jurado, “lo más interesante de este proyecto es precisamente que cuenta con la participación de agentes sociales, en el caso de España trabajamos con la Secretaría de Igualdad de Comisiones Obreras (CCOO), la Fundación 1º de Mayo, Emakunde y PPiiNA, y que aunque las líneas principales serán comunes para toda Europa, cada país se centrará después en las áreas que más les interese. En nuestro caso, dado que se acaba de reformar el permiso de paternidad y se ha ampliado a ocho semanas, vamos a poner el foco en corregir la realidad que dificulta en muchos casos su disfrute completo, mientras que en Austria, por ejemplo, van a definir estrategias encaminadas a fomentar el autocuidado”.
Con un presupuesto de más de 900.000 euros, cuenta con la participación de España, Polonia, Eslovenia, Alemania, Austria, Islandia y Noruega. Para desarrollar esta importante tarea se han creado dos grupos españoles, el primero de ellos liderado por Teresa Jurado y formado por Irina Fernández Lozano, investigadora de la UNED y gerente del proyecto; Juan Ignacio Martínez Pastor, investigador; Cristina Castellanos Serrano, investigadora, ambos de la UNED, y Francisco Abril Morales, investigador de la Universidad de Girona; y el segundo integrado por Alicia Martínez Poza, Jesús Cruces y Fernando Rocha, investigadores de la Fundación 1º de Mayo, y por Eva Antón, responsable del equipo de la Secretaría Confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO y del Centro 8 de Marzo.
El pasado mes de marzo tuvo lugar en las instalaciones de la Fundación 1º de Mayo de Madrid el primer encuentro entre los socios del proyecto. En esta reunión, además de establecer los primeros contactos, se definieron de una forma más específica los objetivos de Mic, cuyo foco recae en los actores y las estructuras organizativas que tienen en sus manos la capacidad de ayudar a los hombres a estar más involucrados en los roles de cuidado y responsabilidades, algo que –según muchos estudios recientes muestran- ellos en realidad desean, pero no lo consiguen por diversos motivos, principalmente organizacionales. Para Teresa Jurado, “las nuevas generaciones de hombres tienen una mayor predisposición a participar en los cuidados, sobre todo en el ámbito de los menores”.
Otra de las características esenciales de este proyecto es que amplía el concepto de “cuidados”, que no se limita al de los menores en el ámbito de la pareja. La atención en MiC se define no solo como “encargarse de las tareas de cuidado”, sino también como «abarcar el apoyo emocional, mostrar afecto, prestar atención a las necesidades de la pareja, las necesidades de los niños y las necesidades de los amigos, ancianos, vecinos, compañeros de trabajo y familiares”, tal y como se señala en los documentos elaborados por el equipo internacional en el encuentro madrileño.
Para ello, MiC trabajará en dos fases, tras las cuales se realizará una evaluación final, en las que, por una parte se identificarán y compartirán modelos de mejores prácticas para lograr un alto nivel de equilibrio entre el trabajo y la vida personal para permitir que tanto hombres como mujeres tengan tiempo y flexibilidad para cuidar a sus familiares y para reducir el sesgo de género en las medidas de apoyo familiar en los sectores público y privado, y por otra se pondrán en marcha talleres y otro tipo de acciones encaminadas a implementar estas buenas prácticas en las empresas y entornos laborales que no las incluyen y para mejorarlas en las que ya las han introducido.
Tal y como Jurado anuncia, “el próximo mes de julio tendrá lugar el primer encuentro entre stake holders: empresas y otras entidades como sindicatos, asociaciones profesionales, entidades certificadoras del ámbito de la igualdad, etc. a las que presentaremos el proyecto. En esta ocasión nos centraremos en los permisos por paternidad, aunque iremos incorporando otras cuestiones relacionadas con buenas prácticas como las jornadas compactas de 35 horas, las bolsas de horas, el teletrabajo, etc.”
“Pasos completamente necesarios para seguir avanzando en la igualdad de género”, señala la experta, “pues la falta de corresponsabilidad del hombre y el hecho de que no se sumen al trabajo no remunerado y a los cuidados tradicionalmente asimilados a la mujer, es un freno en esta carrera de obstáculos a la que se enfrentan las mujeres y, en especial, las madres de hoy en día”.