Y los pensamientos comienzan a fluir y surge el grito: ¡que lo que quiero es
escribir y nada más! Me dicen una y otra vez, sin dejar de dar vueltas a lo mismo.
Toma ya las riendas y comienza este viaje de destino inestimado. Comienza a
transcribir lo que tu mente no puede mantener para sí. Hay miles de historias a las que
dar forma. Se acumulan y apremian, corroen y molestan. Quieren salir y saldrán
despedidas tanto a grandes chorros como a pequeños riachuelos de ínfimo calado.
Vamos, da el paso, anímate…Permíteles el camino o lo abordarán por sí
mismos, son ellos más libres que tú. Atada a la costumbre y a una falsa necesidad. Abre
los ojos, mira allá. Ve.
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