Revista Literaria de Estudiantes de la Facultad de Filología – UNED

Pálpito

Una vez que la emboscada
de la vida te asesina,
el viento rasga tu frente
y el yunque se hace caricia,
una vez que ya pasaste
los años, lágrimas, vida
y se arrugaron tus carnes,
y se disolvió la ira,
una vez que todo el mundo
te desgarró la utopía
y en tus párpados salados
anidó la fresca brisa,
entonces , calma y serena,
fuiste sirena de tinta,
y dejaste así tus huellas
por debajo de la espina,
y la espina se hizo agua,
y la sangre no dolía,
una vez que te mataron,
la cordura resucita
y entonces fuiste batalla,
batalla noble y tranquila,
forjada a golpe de hierro
sin óxido en las esquirlas .
¡Una vez, otra vez, venga,
sonriamos hechos trizas,
que ya no importa la muerte

si el amanecer palpita!
Y si, cartílago roto,
e ilusión ya despedida,
resúltase que agradeces
la forja, el salto, la espina,
porque ya hace muchos años
que nadie te hizo caricia,
porque aprendiste a morder
suavemente la estulticia
y porque si el mundo llora,
o si falla la vida,
tendrás dos manos abiertas,
que nunca estarán vacías
¡y que corra la esperanza,
y que la rabia se ría,
que se estrangule el silencio
si la miseria te grita!
Porque no importa, no importa
nada si el alma está limpia,
porque perder ilusiones
hace ganar maravillas.
¡Venid, vengamos, que vengan
las tormentas y las iras!
Estaremos respirando
en la ribera más digna,
como peces en el agua,
como balas de saliva,
besando cada tristeza,
y lamiendo cada herida.

 

 

Autora:

Marisa Lozano Fuego

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Marisa Lozano Fuego