¿Son neutrales los DDHH?
¿Permiten una concepción política o deben ser enfocados de un modo puramente técnico-jurídico?
El aparente triunfo universal de los derechos humanos (esto es, de la ideología de los derechos humanos) es, paradójicamente, una de las claves de su permanente crisis. Los DDHH suelen ser abordados con olvido de cuanto los ha constituido históricamente, como si fuesen una decantación automática de los deseos y esperanzas de toda la humanidad. Y la realidad es muy diferente: son el resultado de la confluencia de multitud de cursos jurídicos y políticos, de mundos culturales muy distintos y hasta divergentes. Tras ellos hay ideologías.
El sentido político de los derechos humanos, en el que se centra este módulo, es fundamental para entenderlos y poder aplicarlos en proyectos y acciones concretas.
Una visión estrictamente jurídica o técnica de los derechos humanos esconde la necesidad de tomar partido con respecto a los sujetos de los derechos, a la concepción de la justicia que encierran, al modelo social en el cual pueden ser realizados plenamente. Lo social, comprendido en su radicalidad, es siempre político.