¿Se pueden defender los derechos en contra del orden jurídico establecido?
La adquisición de derechos fundamentales es una conquista, mientras que tratar de mantenerlos es una forma de resistencia a la opresión que ha adquirido diversos modos a lo largo de la historia y que han sido tratados desde diversos puntos de vista (cada cual con su propio aparataje conceptual) sin que entre ellos parezca haberse conseguido una suerte de continuidad narrativa; antes bien, cada señalado acontecimiento parece romper definitivamente con todo lo anterior dando ocasión a un contexto sociopolítico enteramente nuevo, cuando no insólito o inesperado.
No hay cambio sin tradición y en el ámbito sociocultural y político-jurídico no pueden este comprenderse las demandas por el reconocimiento y garantía de derechos sino somos capaces de comprender cómo estos se han configurado a lo largo de la historia también respecto a los límites de estas demandas de derechos, cuyo olvido, en nuestros días está propiciando un uso expansivo de estos hasta un extremo tal que parecen perder concisión. Pérdida que lastra el sentido de las garantías y protección de los derechos, pero también de sus correlativas obligaciones que progresivamente se evidencian más dúctiles y, por ende, incapacitándonos siquiera el entendimiento en la agonista política de nuestros días.