Mirar diacrónicamente los movimientos sociales. La influencia de movimientos anteriores en el surgimiento del 15M en Madrid

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19/05/2021 – Gomer Betancor (UNED)

Introducción. El contexto del cambio de siglo

El cambio de siglo en Madrid supuso un cambio en la morfología de los movimientos sociales al haber un nuevo contexto político, social y económico. Este nuevo contexto sirvió de revulsivo para un cambio interno en los movimientos sociales autónomos en Madrid durante el emergente ciclo de movilización 2000-2004, que fue un ciclo duro de contestación social ante las medidas restrictivas y privatizadoras de un Partido Popular de corte thatcheriano que tenía a Madrid como laboratorio de sus políticas neocon en lo político y neoliberales en lo económico (decretazo, ley de extranjería, leyes educativas mercantilizadoras, entrada en la Guerra de Irak, mala gestión del Prestige, Plan Hidrológico Nacional, etc.).

El paso decisivo para una mayor repercusión es el trasvase de militancia del Movimiento Autónomo (que se concentraba en torno a la Coordinadora de colectivos Lucha Autónomas) al Movimiento de Resistencia Global (la rama española del Movimiento de Justicia Global), mediante una nueva generación de activistas (Wilhelmi y Salamanca, 2011). Este ciclo de 2000-2004 se distinguió por un conflicto social creciente en los años sucesivos a partir de diferentes leyes y pésimas gestiones gubernamentales que iban generando crecientes agravios en la ciudadanía.

Tras una masiva desobediencia civil en la jornada de reflexión del 13M por las más que documentadas mentiras del Gobierno de Aznar ante la autoría de los atentados yihadistas del 11M, el PSOE ganó inesperadamente las elecciones generales de 2004, que trajeron a Rodríguez Zapatero como nuevo Presidente. Con este triunfo del PSOE se produjo una bajada drástica de la movilización ciudadana al cubrirse algunas de las principales demandas urgentes de esta ciudadanía contestataria (derogación de leyes educativas, retirada de tropas de Irak, mayor diálogo social, leyes de igualdad de género etc.). Y los movimientos sociales hicieron un repliegue al trabajo cotidiano de esas redes sumergidas que se mantenían en latencia, como se expone a continuación.

2005-2008. Cambio de contexto, desescalada de la acción colectiva y trabajo latente de redes sumergidas

Las prácticas experimentadas por los colectivos por una globalización alternativa y el movimiento estudiantil más asambleario son utilizadas posteriormente por V de Vivienda y el movimiento anti-Bolonia (y sirven además de socialización política para una multitud de jóvenes), pero también reutilizadas y resignificadas por Juventud Sin Futuro y Democracia Real Ya como colectivos impulsores del 15M en Madrid. De modo que en estos años sucesivos se van a ver repertorios de organización y acción que resonarán en las acciones de los Indignados, como son las contracumbres, bloqueos, encierros o acampadas. En la siguiente figura podemos ver el proceso temporal de algunas redes de movilización y movimientos en esa primera década hasta la irrupción del 15M en 2011.

Figura I. Hilo temporal de las principales redes y movimientos anteriores al 15M

Fuente: elaboración propia

Coincidiendo con la llegada al Gobierno de Rodríguez Zapatero, que apacigua los grandes conflictos que venían protagonizando los movimientos sociales (y la promulgación de nuevas leyes y derechos civiles que aumenta los conflictos con la iglesia católica, la AVT y las organizaciones conservadoras), se produce un repliegue al trabajo en lo cotidiano. Esta circunstancia de vuelta al trabajo cotidiano por parte de muchos movimientos se aprovecha para reimpulsar la Semana de Lucha Social Rompamos el Silencio. Esta semana anual de lucha social ya se habían ensayado en 1998 y 1999 y significaba la colaboración estratégica de diferentes movimientos para reivindicar diferentes cuestiones mediante manifestaciones de desobediencia civil en varios ejes de conflictos invisibilizados en el día a día (globalización neoliberal, la cuestión agroecológica, el régimen punitivo carcelario, desigualdades sociales, segregación residencial, conflictos patriarcales etc.). Esta iniciativa anual que se vuelve a recuperar es crucial para entender la colaboración posterior de redes autónomas con otros movimientos sociales alternativos mediante el trabajo en diferentes líneas temáticas (como la okupación, la soberanía alimentaria, la globalización alternativa, o los feminismos). Estas redes sirven para construir una narrativa del encuentro y la multiplicación de luchas sociales, siendo punto de encuentro de activistas de diferentes movimientos que, a la postre, será crucial para reactivar las redes activistas cuando irrumpa el Ciclo 15M y llenar plazas de activistas (García Arístegui, 2011).

Experimentando la inclusividad desde las redes sumergidas y los Centros Sociales Autogestionados

El cambio de siglo en Madrid también implica experimentaciones de centros sociales nuevos, más allá de la práctica desobediente de la okupación de espacios liberados como fin último de la acción colectiva del “Movimiento Okupa”. Se había venido ensayando progresivamente en algunos colectivos autónomos una estrategia innovadora basada en la autocrítica de experiencias fallidas, en aprendizajes colectivos y en la necesidad de abrirse a la sociedad. De modo que a partir de los primeros dosmiles y a partir de la experiencia de algunos centros sociales más abiertos como el Centro Social Okupado y Autogestionado “El Laboratorio” o la lucha barrial del Centro Social Seco, el concepto de Centro Social se va haciendo más inclusivo a diferentes reivindicaciones sociales. A ello contribuye decisivamente un cambio interno en los movimientos sociales madrileños que tendrá efectos hasta el Ciclo 15M: la introducción del denominado sindicalismo social como línea prioritaria e innovación táctica. Este nuevo repertorio táctico de los movimientos sociales trasciende el campo de acción tradicional de sindicatos clásicos institucionalizados y se abre a nuevas experiencias de precariedad laboral y vital para “ayudar a la reconstrucción de formas asociativas y comunitarias que cortocircuiten los mecanismos concretos de desposesión que se nos imponen” (Carmona, 2017). Como destaca Beatriz García, “son grupos basados en el apoyo mutuo, que enfrentan problemas propios, pero se enmarcan en una lucha mayor, que emplean la acción directa y la pelea legal. Son como sindicatos, pero en el campo de la vivienda, la salud o los cuidados” (García, 2017). Así se empezó con las Oficinas de Derechos Sociales para empoderar la lucha de migrantes en situación irregular en diferentes centros sociales, o con el impulso de Ferrocarril Clandestino como colectivo de apoyo a migrantes precarios. Una forma de activismo que contribuyó en el corto tiempo a la hibridación de luchas sociales con nuevos sujetos que se empoderaban: migrantes, jóvenes precarias o trabajadoras del hogar. Y fue el germen necesario para la posterior creación de colectivos que han ensanchado e incorporado el eje de clase social en el activismo, como son la Plataforma de Afectadas por las Hipotecas, el Sindicato de Manteros o la lucha de las Kellys.

Con esta apertura a diferentes experiencias de inclusión social el concepto de Centro Social se va haciendo más proclive a diferentes reivindicaciones sociales. Así, hay una mayor legitimidad de los centros sociales con “Los Laboratorios”, o la Eskalera Karakola (con la innovación de ser un centro social no mixto) a principios de la década del 2000, y con la irrupción del Patio Maravillas como cristalización de este modelo de Centro Social 2.0. Un modelo de centro social que se importa con la influencia de los centros sociales italianos (la autonomía italiana), distinguido por ser expresamente propenso a unir luchas sociales sin anteponer identidades cerradas, con el objetivo último de ensayar nuevas formas de lucha que se acomoden a las circunstancias cambiantes de este neoliberalismo tardío (desregulación laboral, financiarización de la vivienda, explotación laboral de migrantes etc.).

Efectos de contagio entre movimientos sociales. De V de Vivienda al Movimiento anti-Bolonia como antesala de Juventud Sin Futuro

Siguiendo la estela inmediata del tiempo, el Movimiento V de Vivienda emerge en 2006 como denuncia pública (y de origen anónimo) de un sistema político inmobiliario que condena a miles de personas a la precariedad habitacional con una burbuja inmobiliaria. Será una red novedosa y rupturista en el uso de un lenguaje que sale de los códigos militantes y resignifica el concepto de dignidad, tomado de los zapatistas y que llega al 15M. Supone el primer movimiento con autoorganización de convocatorias por Internet con continuidad, a partir del precedente de autocomunicación de masas por SMS del Pásalo del 11M. Hace uso de lo que Tarrow (2010) plantea como difusión no mediada: la experiencia de un particular que, a partir del éxito del 13M de convocatorias anónimas, marca este hito de una pauta de comunicación activista que se verá en redes sociales de internet más adelante.

Paralelamente en el tiempo, la misma generación de activistas jóvenes universitarios reactivaron el movimiento estudiantil con su protesta frente a la imposición del Proceso de Bolonia (el Movimiento anti-Bolonia). Ha sido en el movimiento anti-Bolonia donde dichas dinámicas han tenido un peso mayor, sobre todo por el calado que dejaron las dinámicas asamblearias en toda una generación de jóvenes activistas que luego impregnaron de las mismas a otros movimientos mediante una multitud de efectos derivados en los discursos, estructuras en red, cultura activismo, pero también de apertura hacia nuevos públicos sociales. Estas pautas serán utilizadas por estos activistas, que también plantean un cambio de relato que apele a mayorías sociales contra la mercantilización de la vida, ampliando el framing estudiantil anterior que se limitaba a medidas concretas y apelando a consecuencias que se veían en la educación superior y en otras instancias de la vida social como el empleo o la sanidad. Ese cambio de relato en una ampliación del master frame se ve de forma más clara en Juventud sin Futuro (JSF), en su cambio estratégico de enfoque hacia lo generacional, para llegar a una masa crítica mayor y accediendo a mayor apoyo social al hablar de forma innovadora de “mayorías sociales”.

Como se deduce del siguiente cuadro resumen (Cuadro I), este giro hacia el significante de una juventud sin futuro implica un exitoso enmarcamiento de juventud precaria que construyen principalmente debido a la especial cobertura informativa de los medios masivos convencionales. Y lo más importante, para ver su legado en el sentimiento discursivo general del 15M: logran construir estrategias para suscitar lealtades transversales que generan un apoyo general amplio a las demandas del movimiento.

Cuadro I. Tipos de difusiones en los movimientos en el Ciclo 2005-2008 en adelante

Fuente: elaboración propia

Redes madrugadoras, cambio de escala y precuela del 15M

La precuela del 15M va a estar marcada por una combinación creciente de acciones online y en la calle como reacción ante la salida neoliberal de la crisis por parte del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Se producen así diferentes iniciativas que van a ir gestando la contestación juvenil online como precuela de las grandes movilizaciones que inicia el Ciclo 15M.

Así, la iniciativa #NoLesVotes (en adelante, #NLV) surge a comienzos de 2011 con el objetivo de denunciar y boicotear la «Ley Sinde», apoyada por la mayoría del PP, PSOE y PNV. Era una ley antidescargas de Internet, que limitaba la visualización de contenidos en la Red cerrando en un corto espacio de tiempo sitios web que facilitaran la descarga de material protegido por derechos de autor. Era concebida como medida recaudatoria y que recortaba libertades en un nuevo espacio como internet. El ciberactivismo contra la ley no se hizo esperar y marcó un precedente de movilizar a multitud de internautas que nunca antes habían participado en el activismo online.

El manifiesto lanzado por #NLV contra la ley se viraliza y se crean grupos en todas las comunidades. Como señala Razquin, también implica un desbordamiento con una denuncia que cogen redes siguientes en la prehistoria del 15M: «una denuncia del clientelismo partidista; desconexión entre representantes y representadas/os; profesionalización de los espacios de decisión ajena a la ciudadanía; y lo más crucial, la llamada a la toma de conciencia ciudadana» (Razquin, 2015, p. 66 y ss.).

#NLV será decisiva en otra red de protesta online que se va fraguando casi paralelamente: EDM (Estado Del Malestar). EDM será una iniciativa anónima que nace en Facebook a partir de los vínculos establecidos entre tres personas que no se conocían previamente. Un internauta propone en Facebook una acción puntual para salir a la calle a protestar en su ciudad; a partir de ahí se genera una conversación en que varias personas deciden reunirse en la Puerta del Sol todos los viernes a las 19 horas y hablar de la situación política y de su indignación ciudadana. Es todo un precedente, ya que crean un primer grupo con un ideario que influye en Democracia Real Ya (DRY) como red madrugadora y en el 15M, por ejemplo, mediante normas como no asociación a partidos políticos, movilizaciones ciudadanas como objetivo principal del grupo, responsabilidad de cada uno de los miembros, participación de forma horizontal sin mediadores y a partir de motivaciones e intereses individuales (Antolín, 2014).

Ya se venía gestando la Plataforma de Grupos Pro-Movilización Ciudadana, grupo de Facebook en el que participan algunas personas de EDM y que da el paso de coordinar DRY en todas las capitales de provincia y otras ciudades importantes, nodos que organizan la movilización del 15 de mayo. Pocas semanas antes se produce la fusión de la acción online y offline: personas a título individual se reúnen presencialmente para organizar la movilización bajo unas demandas mínimas y con la intención clara de salirse de movimientos clásicos y hacia la apertura y lo inclusivo. En Madrid, varias semanas antes el grupo de este proto-colectivo (DRY) se reúne en el Patio Maravillas y recibe el apoyo de este centro social, que durante la Acampada y todo el 15M suspenderá actividades (como muchos centros sociales y colectivos auntónomos) para fundirse con el 15M.

Discusión. La influencia de movimientos previos en el surgimiento del 15M

Lo que sucede a partir del 15 de mayo de 2011 con la Acampada en la Puerta del Sol es una aceleración de la protesta y el nacimiento de un gran fenómeno social del que ya se ha escrito en abundancia. Pero lo que interesa aquí es resaltar estas redes e influencias previas. El legado y las formas de la movilización toman herencias claras de V de Vivienda y Juventud Sin Futuro, cuyas redes se incorporan a fondo en el proceso movilizador: cartelería similar, framing más amplio e identidad colectiva abierta.

Entre estas redes anteriores existe una continuidad de activistas, recursos e identidad colectiva que son determinantes para la organización y el desarrollo de Acampada Sol y el 15M en Madrid. Estas redes logran introducirse en la primera línea del debate de los medios de comunicación y de la política institucional, cuestionando incluso las elecciones locales en la desobediencia a la jornada de reflexión, un aprendizaje ya experimentado en la desobediencia ciudadana en el 13M de multitudes conectadas (Sampedro, 2005).

La interacción de estas redes de movimientos sociales es fundamental para entender el buen arraigo del 15M en diferentes aspectos que se consolidarán en la cultura española de protesta (Cruz, 2015): cultura deliberativa, apertura social e inclusividad a públicos diversos, creatividad e innovación, nuevos discursos hacia mayorías (Flesher, 2015). Todo ello lo podemos observar de forma esquematizada en el siguiente cuadro.

Cuadro II. Cuadro resumen de influencias de movimientos analizados en el 15M

Fuente: elaboración propia

El trabajo progresivo y latente de estas redes de movimientos sociales incide, en este sentido, en el cambio de modelo de movimientos sociales en España que se traduce en algunos nuevos elementos: configuración progresiva de las identidades de cohesión y abiertas, aumento de la capacidad inter-organizativa, nueva cohorte activista que usa masivamente redes sociales y tecnologías de la información y comunicación, construcción de una estructura y discurso de trabajo descentralizado y en red de los movimientos sociales (Jiménez y Calle, 2007; Romanos 2013). Y cristalizan en el fenómeno de movilización social más importante de las últimas décadas: el 15M, e influyen en la estructuración, identidad y discursos de movimientos derivados del Ciclo 15M (Mareas, asambleas de barrio, PAH…).

La utilidad de este tipo de análisis estriba en arrojar luz sobre las dinámicas temporales de procesos de movilización de onda larga, para poder comprender así la alta complejidad de estos procesos (pautas de interacción micro y meso sociológicas entre los diferentes movimientos sociales, la sociedad civil, la opinión pública y el estado) y los diferentes actores colectivos que están detrás en procesos innovadores y de difusión de nuevos temas en la agenda setting, que en última instancia introducen nuevos temas de debate público y generan cambios culturales en nuestras sociedades.

Bibliografía

Antolín, V. (2014). En los orígenes del Movimiento Indignado en España. Estado del Malestar: de Facebook a Sol, un estudio de caso. Disponible en: https://canal.uned.es/video/5a6f37ccb1111fe1388b45a1

Carmona, P. (2017). “Sindicalismo social en la nueva fase del ciclo institucional”, en Diagonal. Disponible en https://www.diagonalperiodico.net/blogs/funda/sindicalismo-social-la-nueva-fase-del-ciclo-institucional.html

Cruz, R. (2015). Protestar en España 1900-2013. Madrid: Alianza Editorial.

Flesher, C. (2015). Debunking Spontaneity: Spain’s 15-M/Indignados as Autonomous Movement. Social Movement Studies, 14 (2), 142-163.

García, B (2017). “Centros sociales y sindicalismo: la potencia colectiva”, en Diagonal. Disponible en https://www.diagonalperiodico.net/blogs/funda/centros-sociales-y-sindicalismo-la-potencia-colectiva.html

Razquin, A. (2015). Desbordamientos y viaje hacia la izquierda. Prehistoria del movimiento 15M: de #Nolesvotes a Democracia Real Ya. Daimon: Revista de filosofía, 64, 51-70.

Romanos, E. (2013). Collective learning processes within social movements: some insights into the Spanish 15-M/Indignados movement. En C. Flesher y L. Cox (Eds.), Understanding European movements: new social movements, global justice struggles, anti-austerity protest (pp. 203-219). Londres: Routledge.

Sampedro, V. (Ed.) (2005). 13-M. Multitudes on-line. Madrid: La Catarata.

Tarrow, S. (2010). El nuevo activismo transnacional. Sevilla: Editorial Hacer.

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