La promoción del individuo en busca de la felicidad: algunas implicaciones sociopolíticas

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25/10/2021 – Alberto Martín Pérez (Universidad de Barcelona)

A lo largo de la década de 2010 se le atribuyó el nombre de industria de la felicidad al auge y rapidísimo desarrollo de todo un mercado de bienes y servicios orientados a la promoción de la felicidad como un valor principalmente individual (ver Davies, 2015). La solución a los problemas y dificultades vitales encarados por el individuo en nuestras sociedades actuales se remitían a la búsqueda de una vida mejor bajo estrategias y parámetros esencialmente individuales. Curiosamente, la crisis de 2008 había supuesto un punto de ruptura en la tendencia expansiva de un capitalismo financiero internacional voraz, promotor de tal individualismo, que generó notorias llamadas al debate público sobre una reformulación más “social” del propio capitalismo como salida a la crisis, unidas a experiencias de movilización democratizadoras tales como el 15-M español. No obstante, la propia crisis de 2008 sirvió también de detonante de lo que Christian Laval y Pierre Dardot (2013) han denominado la “fábrica del sujeto neoliberal”, contexto que sirvió de marco a la expansión de dicha industria de la felicidad: la salida a la crisis solo podía ser resultado de estrategias individuales tales como la promoción de una exclusiva concepción del individuo como empresario de sí mismo. No tenemos más que recordar en España las llamadas del gobierno de la época al “emprendimiento” como posible solución a las elevadísimas tasas de desempleo alcanzadas entonces.

Pero ¿de dónde viene la industria de la felicidad? A través de un proyecto de investigación desarrollado entre 2016 y 2020 por un equipo investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Barcelona (La industria de la felicidad: innovación y demanda de un sector emergente, Ministerio de Ciencia e Innovación, CSO2016-77248-P) hemos podido trazar el origen, la orientación, el contenido y los significados de las propuestas de este interesante espacio de mercado promotor de una modalidad exacerbada del individualismo contemporáneo. Así, comprobamos cómo el éxito de la promoción contemporánea de la felicidad vino de la mano del auge de la llamada psicología positiva desde finales de la década de 1990: una serie de figuras entre las más relevantes de la psicología académica estadounidense, encabezados por Martin Seligman, Sonja Lyubomirsky, Mihály Csikszentmihályi o Daniel Gilbert, proponen y promueven entonces un giro radical en la orientación profesional de su disciplina, desde el trauma, los problemas, las dificultades y la enfermedad mental hacia el refuerzo de los aspectos positivos de la emoción y el comportamiento humano. Esta ciencia de la felicidad servirá de legitimación de su propio nicho de mercado, tal como han sostenido con gran éxito Edgar Cabanas y Eva Illouz (2019) en su ensayo Happycracia, sobre este mismo fenómeno.

Pero en realidad la preocupación por la felicidad no es tan nueva como parece y, de hecho, tiene un recorrido largo y diverso hasta llegar a esta promoción contemporánea de un individuo orientado a buscar la felicidad. De hecho, se ha afirmado que ya hubo una industria de la felicidad individualista en torno al gran cambio cultural ligado a las transformaciones generacionales de las décadas de 1950 y 60 (Cederström, 2018). Pero, como veremos un poco más adelante, las diferencias entre la moral tras las propuestas actuales para la felicidad y el “sexo, drogas y rock and roll” son más que notorias. En otro orden de cosas, en el ámbito de la publicidad, el recurso al reclamo de la felicidad es también bastante anterior a la propuesta actual, con el ejemplo paradigmático de Coca-Cola que lo utiliza recurrentemente al menos desde los años 1970. En fin, sin necesidad de remitirnos a los filósofos de la antigua Grecia, en la historia del pensamiento la llamada a la felicidad como objetivo vital del individuo y de la sociedad es más habitual de lo que parece, con Thomas Jefferson incluyendo la “búsqueda de la felicidad” como un derecho humano inalienable en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. O bien, desde la propia sociología, con el maestro Durkheim especialmente preocupado en La división del trabajo social por la difícil convivencia de la búsqueda de la felicidad colectiva de las sociedades con el avance de las desigualdades en el desarrollo del capitalismo.

En todo caso, es un hecho que en la década de 2010 se consolida una especie de proyecto global para la promoción de la felicidad como valor fundamental en las sociedades contemporáneas. Así, en 2012 las Naciones Unidas declaran el Día internacional de la felicidad (20 de marzo). Desde la misma fecha la misma organización internacional promueve la publicación anual del Informe mundial de felicidad (World Happiness Report) que mediante una serie de indicadores mide globalmente la felicidad de los distintos países y los compara entre ellos, en una especie de competencia anual internacional por estar arriba en el ranking y mejorar cada año. Ya desde 2006 existe también el Índice del planeta feliz (Happy Planet Index) elaborado por el think tank británico New Economics Foundation, vinculando la felicidad además con la sostenibilidad de la vida en el planeta.

Junto con esta faceta “macro” de la industria de la felicidad, la novedad de nuestro proyecto ha radicado en estudiar en detalle la organización del mercado y, concretamente, la promoción, podemos decir que “micro”, de los productos de la industria de la felicidad. Así, hemos procurado reconstruir y analizar los significados tras la “receta para la felicidad” que se ha difundido especialmente en la última década acompañando al desarrollo de las nuevas modalidades de la comunicación social, a través de todo tipo de redes sociales que han facilitado su extensión mundial. Pues ¿quién no ha leído o recibido nunca un mensaje del tipo “15 maneras de ser feliz” o “10 sencillos pasos para una vida más feliz”? Estos mensajes que se publican en medios digitales, blogs o páginas web de profesionales de la psicología y el coaching han proliferado especialmente en los últimos años y siguen reproduciéndose hoy día tanto en inglés -pues es un producto, como hemos visto, que nace del contexto anglosajón y particularmente de los Estados Unidos- como en sus traducciones a los distintos idiomas, en nuestro caso también en español, con importantes réplicas tanto en América Latina como en España (recordemos a “nuestros” gurús locales, Eduard Punset o Luis Rojas Marcos).

¿Qué proponen? Básicamente un abanico de propuestas con una premisa: la felicidad como objetivo máximo del individuo se busca mediante la acción para beneficio de uno mismo, con tres ejes. El primero es la acción hacia las relaciones sociales, pero siempre con una mirada utilitarista hacia estas: hay que tener amigos, disfrutar de la familia y de las relaciones sociales simplemente en cuanto que se valore el beneficio que le aportan al individuo en términos de satisfacción y felicidad. No se valora en ningún caso la posibilidad de una acción para el bienestar colectivo. El resto de la receta pone la mirada en uno mismo, con un segundo eje puesto en el bienestar físico (el ejercicio, el deporte, la alimentación saludable) y un tercer gran eje destinado al bienestar de la mente, con dos vertientes: una orientada a la acción (ejercicios mentales, mindfulness, meditación, contratar los servicios de un coach) y otra orientada a un cambio de actitud vital en busca de una autorrealización personal que, a la vez que valora un disfrute de la vida siempre comedido y moralmente “adecuado” (nada que ver con ningún tipo de “exceso”), garantice el camino a una felicidad duradera.

¿Qué hay detrás de toda esta receta o fórmula? Entendemos que se trata de un potente discurso sobre la concepción neoliberal dominante en nuestras sociedades actuales que pone la responsabilidad sobre la vida social en los únicos y exclusivos hombros del individuo. A su vez, este individuo indefinido o abstracto, global, con un objetivo único independientemente de cualquier condición social sin distinción de clase, sexo, país o cultura, contiene olvidos conscientes de los que es importante hacerse eco desde la sociología: tras la loable promoción de la felicidad de los individuos en la sociedad nos encontramos esencialmente con propuestas de consumo que no son accesibles a todos los grupos sociales y que, promoviendo una suerte de distinción, en términos de Bourdieu, podría estar más bien ahondando en desigualdades y exclusiones de la felicidad, en referencia a los trabajos de Eduardo Bericat. Pero, además, desde la sociología política podemos plantearnos una cuestión fundamental: la promoción de este individuo uniforme, ¿no sería en realidad la promoción de un individuo “conforme” con una serie de valores en torno a la meritocracia y el éxito en el trabajo, la familia tradicional y una concepción acrítica de la sociedad de consumo? Esta reflexión tiene consecuencias fundamentales sobre los marcos y posibilidades para la acción colectiva: si entendemos la promoción del individuo en busca de la felicidad como un objetivo sociopolítico global consolidado, ¿no será que la intención última de esta industria es inhibir las oportunidades para la acción colectiva y disuadir los movimientos sociales? Sería, sin duda, una implicación sociopolítica clave del auge de este mercado.

Referencias básicas

Bericat, Eduardo. 2018. Excluidos de la felicidad: la estratificación social del bienestar emocional en España. Madrid: CIS.

Cabanas, Edgar y Eva Illouz. 2019. Happycracia: Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas. Barcelona: Paidós.

Cederström, Carl. 2018. The Happiness Fantasy. Cambridge: Polity Press.

Davies, William. 2015. The Happiness Industry: How the Government and Big Business Sold Us Well-Being. Londres: Verso.

Laval, Christian y Pierre Dardot. 2013. La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona: Gedisa.

Martín Pérez, Alberto, José Antonio Rodríguez Díaz, José Luis Condom Bosch y Aitor Domínguez Aguayo. 2021. “Recetas para la felicidad: una propuesta para el análisis de la orientación moral de acciones y emociones”. Debats. Revista de Cultura, Poder y Sociedad 135(1), 13-30. https://doi.org/10.28939/iam.debats-135-1.1

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