En algún momento —incierto todavía—
podrá renacer la esperanza.
Ya los tallos aguardan mostrarnos sus hojas.
En el banco del parque
un niño balbucea palabras a su madre.
El anciano, de pie en la estación,
sonríe mirando el azul ya infinito.
Quedan solo algunos charcos de la última lluvia de invierno.
Los rayos amarillos alumbran sobre los girasoles.
Siento cómo la brisa agita con delicadeza
los cabellos que caen sobre mi frente.
Allí, en la pequeña huerta de aquella terraza escondida,
brota despacio una margarita.
Ella no conoce el pasado.
Su vida se lanza, como un saltamontes,
hacia el futuro.
Autor:
Leonardo Reyes Jiménez
Subido por:
Rubén Pareja Pinilla