A mar
Me faltaba la voz, la notaba anudada en la garganta, y no supe que decir.
Sí.
Pretendí sacar del pecho algún quejido, un silbido que cruzase la frontera de mi cuello, que estallase en la barrera de un latido e inclinase una palabra a mi favor.
Perdí mi voz,
mi boca se llenó de arena.
Morí de amor
por un canto de sirena.
¡Sangre a babor!
¡Agua en las venas!
¡Ya tengo el mástil rodeado de cadenas!
Al lento oscilar
de las mareas,
llegó la noche,
envuelta en velas
perforadas por estrellas.
No hubo piedad
y con su aliento
hizo girar el tambor de la ruleta.
No pude más,
quise llorar,
pinté en mis manos
las derrotas y las penas.
Me arrodillé
me así a sus piernas,
soñaba un beso,
mojé mis labios con el filo de la lengua,
henchí mi pecho con la galerna,
grité a los vientos,
¡Probad un poco de la sal que me envenena!
¡Miedo a estribor!
¡Tierra en las venas!
Cada suspiro es una vida de condena.
Por perseguir una ilusión
perdí la voz y la inocencia.
Se oye un rumor…
Vendí mi alma por un canto de sirena.
Sí.
Pretendí sacar del pecho algún quejido, un silbido que cruzase la frontera de mi cuello, que estallase en la barrera de un latido e inclinase una palabra a mi favor.
Perdí mi voz,
mi boca se llenó de arena.
Morí de amor
por un canto de sirena.
¡Sangre a babor!
¡Agua en las venas!
¡Ya tengo el mástil rodeado de cadenas!
Al lento oscilar
de las mareas,
llegó la noche,
envuelta en velas
perforadas por estrellas.
No hubo piedad
y con su aliento
hizo girar el tambor de la ruleta.
No pude más,
quise llorar,
pinté en mis manos
las derrotas y las penas.
Me arrodillé
me así a sus piernas,
soñaba un beso,
mojé mis labios con el filo de la lengua,
henchí mi pecho con la galerna,
grité a los vientos,
¡Probad un poco de la sal que me envenena!
¡Miedo a estribor!
¡Tierra en las venas!
Cada suspiro es una vida de condena.
Por perseguir una ilusión
perdí la voz y la inocencia.
Se oye un rumor…
Vendí mi alma por un canto de sirena.
Autor:
Ben López
Subido por:
Daniel Lumbreras