Inicio
Inteligencia Artificial y Ética
El valor de las palabras
Inteligencia artificial y ética
La inteligencia artificial ya está entre nosotros. De manera habitual trabajamos y nos movemos en entornos controlados y pautados por inteligencia artificial. Lo que era una posibilidad se ha convertido en realidad. Y las posibles aplicaciones siguen aumentado. No se trata ya sólo de algoritmos, cálculos y procesos; la inteligencia artificial modifica nuestra realidad, la manera de pensar y de relacionarnos. Pensamos que no tiene por qué significar una “ruina” para las Humanidades, sino más bien, al contrario, una oportunidad.
La inteligencia artificial tiene un potencial transformador enorme que nos obliga también a plantearnos los grandes desafíos éticos. Informatización, digitalización, globalización, gestión del conocimiento, etc., son procesos que reclaman nuestra atención y responsabilidad. Valores como “intimidad”, “justicia”, “libertad”, “identidad personal” o “verdad” pasan a estar en riesgo; aparecen nuevos problemas como la gestión de la información, la privacidad de los datos, el plagio, la equidad en el acceso a la tecnología, la responsabilidad en la toma de decisiones automáticas, la preservación de la diversidad lingüística y cultural, y tantos otros.
Somos conscientes de la amplitud del tema por eso querríamos fijarnos en esas palabras con las que delimitamos el tema y sus problemas. Con “el valor de las palabras” nos referimos a la necesidad cuidar el lenguaje, los términos (por ejemplo, “inteligencia artificial”, “ética”, etc.) y sopesar dónde queda el lenguaje mismo, la comunicación, en este mudo digital de miles intercambios e interacciones.
La cultura humanística y la ética debe ser un aspecto central en el desarrollo de la inteligencia artificial para garantizar que se maximicen sus beneficios y se mitiguen los riesgos, y nunca se olvide la centralidad de la vida humana. La obsolescencia humana, que puede adoptar múltiples formas, es el gran peligro. Los ciudadanos necesitan contar con las competencias que les permitan aprovechar las oportunidades y afrontar los riesgos que de la inteligencia artificial generativa.
Por ello, el Instituto Cervantes y la UNED organizan este congreso donde se abordan estos temas y problemas desde diferentes perspectivas.