Lo que compartió con nosotros el Secretario de Estado de Educación y Formación Profesional, Mario Bedera, sobre la aventura de la educación.

Denditras. Autor: Adolfo Vázquez Quesada
Dice el autor que ha descubierto que ya sabe la mayor parte de lo que hace falta para vivir una vida significativa. Y dice que la sabiduría no estaba en la cima de la montaña de los cursos de doctorado, sino en el rectángulo de arena de la Escuela Infantil. Y enumera las cosas que aprendió, las cosas que le enseñaron:
– Compártelo todo.
– Juega limpio.
– No le pegues a la gente.
– Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.
– Limpia siempre lo que ensucies.
– Pide perdón cuando lastimes a alguien.
– Lávate las manos antes de comer.
– Sonrójate.
– Las galletas calientes y la leche fría son buenas.
– Vive una vida equilibrada.
– Aprende algo y piensa en algo.
– Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco.
– Duerme la siesta.
– Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico.
– Tómate de las manos y no te alejes.
– Permanece atento a lo maravilloso.
– Recuerda la pequeña semilla en el vaso, las raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente cómo ni por qué, pero todos somos así.
– Los peces de colores, los ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso, todos mueren y nosotros también.
– Recuerdo una de las primeras palabras que me enseñaron, una muy grande: mira.
Todo lo que necesitas saber está allí, en alguna parte. La regla de oro, el amor y la higiene básica. La ecología y la política, la igualdad y la vida sana.
Toma cualquiera de estos ítems y tradúcelo en términos adultos sofisticados y aplícalo a tu vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu mundo y se mantendrá verdadero, claro y firme. Y aún es verdad, no importa cuan viejo seas, que al salir al mundo es mejor tomarse de las manos y no alejarse demasiado».
Autor: Leonor García