Las normas de protocolo también rigen ceremonias académicas como graduaciones, inauguraciones de curso, o reconocimientos especiales. Estos actos, que a veces parecen muy formales, tienen el poder de crear un vínculo fuerte entre la universidad y la sociedad. Lo que parece algo solemne y antiguo es en realidad una puerta a la ciencia ciudadana y la participación comunitaria. Por ejemplo, una ceremonia de graduación no es solo una fiesta, sino un acto público cuidadosamente estructurado con un orden específico para cada discurso, aplauso y entrega de diplomas. Su objetivo es transmitir un mensaje en honor/reconocimiento a los recién egresados reconociendo, desde la propia universidad, su mérito y esfuerzo ante sus amigos y familiares, más allá del puro hecho administrativo de la obtención del título.
