Es bien seguro que el mundo actual es consecuencia directa de la Revolución Industrial y de sus diferentes secuelas. Lo que aparentemente surgió de manera muy localizada y con una componente tecnológica definida se ha ido convirtiendo en un nuevo paradigma que ha afectado a todos los ámbitos de la vida humana, tanto personal como social, y ha dado como resultado que las civilizaciones y modelos socioeconómicos actuales sean más parecidos a los surgidos durante la Revolución Industrial que lo que a primera vista podría suponerse. En efecto, la concentración de la fabricación en factorías y grandes complejos industriales, el transporte masivo de bienes y personas, la concentración de la población en grandes áreas urbanas y periurbanas, el constante incremento del comercio internacional y de la producción transnacional son, sin duda, consecuencia de las posibilidades tecnológicas potenciadas en dicha Revolución Industrial. Ello ha repercutido también en la manera de pensar, actuar y socializarse de los seres humanos, así como en nuestra relación con el mundo natural. Quizás en la actualidad seamos más sensibles a lo efectos negativos del fenómeno productivo y sobre todo en el hecho de que, el denominado progreso, no haya sido capaz de resolver los grandes problemas de nuestro tiempo, que pueden resumirse en: una mayor eficiencia en la distribución de los recursos que posibilite la erradicación del hambre y las desigualdades, y el aseguramiento de adecuadas condiciones de vida en nuestro planeta. Se entiende que, para poder ejercer un auténtico control de la Tecnología, hay primero que conocerla y después valorarla e interpretarla de manera adecuada y compatible con criterios de orden superior.
En el presente curso se van a desentrañar diversos aspectos tecnológicos que, por una parte, fueron causa de la Revolución Industrial, pero, por otra, también resultaron se consecuencia de la misma. Siempre en la idea de informar y formar, a fin de mejorar la apreciación personal y social de los fenómenos tecnológico e industrial y así incrementar la responsabilidad y el sentido crítico de la ciudadanía frente a dichos fenómenos.