Según afirma Donald Cardwell en su “Historia de la Tecnología” (1994) “Durante los tres mil últimos años, por lo menos, las máquinas han sido una parte esencial de nuestra más antigua herencia técnica”. Abundando en esta idea, se puede asegurar, sin temor a equivocarse, que no somos capaces de concebir nuestro día a día sin la utilización permanente y continuada de las máquinas. Máquina es nuestro cepillo dental motorizado, también lo es el reloj -aunque cada vez menos mecánico-, la lavadora, la aspiradora, la batidora, la taladradora de bricolaje, … y eso sin necesidad de salir de casa. Sin embargo, solemos saber bastante poco sobre las máquinas y su evolución histórica no nos resulta en absoluto familiar y ello, incluso, en el caso de personas con formación y experiencia técnica. Además, si se quiere conocer más sobre la civilización y el mundo actual y poder participar con solvencia en los grandes debates de la actualidad, resulta necesario saber lo más esencial de los principales elementos tecnológicos que lo conforman y entre ellos se encuentran las máquinas y el fenómeno del maquinismo asociado. Es por ello por lo que la ciudadanía del siglo XXI debe tener unos conocimientos mínimos sobre las máquinas, sus orígenes, evolución, características y consecuencias.