Revista Literaria de Estudiantes de la Facultad de Filología – UNED

Vacío

 

Doliente mi alma se asoma a la espada

y los brazos, temblorosos, al cielo claman

la escucha o clemencia de un dios dormido;

son tus ojos, arcanos, los que en silencio ahogan,

y la esencia -¡lodazales!- quien algo grita:

¡abismo eterno llévame, al círculo llévame!

 

Sin cuchillo afilado arranqué los sueños;

sin secretos, cariz humano, a tu puerta he llamado,

mas los dioses se niegan, al mundo se niegan:

No saben. No quieren. No pueden cantar.

Pido -deseo- volver al triste retorno o empezar,

atar con clavos mis -los tuyos- pies al devenir.

 

Plateada la Luna por obscuros deseos

alza sus manos y el viento sus uñas agita;

buscan las garras vísceras que rasgar,

pedazos de carne, fragmentos o piedad;

caen rotos del cielo los soles ardientes

que ya no son nada, fantasmas y cántaros.

 

Noctámbulos recuerdos cercenando anhelos;

hirsutas sonrisas de hiel y de muerto;

angostas miradas de endriagos ya yertos;

sibilantes susurros, son serpientes ahogadas:

las botas no corren, no corren las botas,

perdidas en la ciénaga, rezando a tus dioses.

 

Insectos -son pequeños- se han despertado

y recorren -¡ríen con sorna!- infinitos raíles

en trenes obscuros, en trenes infectos;

pequeños aviones volando están

y lo hacen sin rumbo, sabiendo algo:

¡marchan al círculo, al círculo eterno!

 

Autora:

Esther Sánchez González

Subido por:

Marisa Lozano Fuego