Tu nombre es un mar revuelto,
siglas que ornan la cresta de las olas,
un acrónimo que estalla en espuma victoriosa,
un anagrama que absorbe todas las puestas de sol.
Y te llamas igual que un mar en desorden.
Tu nombre se halla en el verbo sumar,
tu nombre se oculta en la rama de un bosque,
es amarra invisible tu nombre en sus colores de magia,
tu nombre coquetea, le sonríe al verbo arrimar.
Tu nombre es el mar que juega al despiste.
¿Es acaso amor, apunta el vocablo amar?
Busco tu nombre en tu mirada,
allí en tus pupilas deseo yo asentar mi morada
con tu nombre travieso.
Brilla la luna rojiza sobre una muralla, mano a mano acarician tu nombre.
Tres iniciales que no se cansan de mudar,
Tres letras que esconden tu nombre,
no cesaré de remar con brío para alcanzar ese nombre.
Tu nombre es un juego de trile,
un nombre prestidigitador,
tu nombre combina un enigma multiplicado,
un nombre subliminal.
Tu nombre es un mar revuelto,
un mar de olas y espuma,
un mar de sol en poniente,
un mar de lunas crecientes.
Tu nombre es un mar revuelto,
entre las letras de sus mareas me sumerjo
y lo beso,
y recuerdo y me invento y tejo nuevos nombres con tu nombre,
porque me pierdo, de nuevo, sin descanso, en tu nombre de mar revuelto...
