por María Fernández Bermúdez. Alumna de Trabajo Social de la UNED

Ante este panorama es paradójico, o quizás alentador, que una multinacional como Disney, haya apostado por hacer un largometraje de animación cuyo protagonista podría ser considerado el antihéroe del siglo XXI: Carl Fredricksen, un anciano solitario y malhumorado que acaba de perder a su esposa, y a quien le atormenta la idea de no haber hecho realidad los sueños de su mujer. [Leer +]