Revista Literaria de Estudiantes de la Facultad de Filología – UNED

Para ti que ya no estás

Te echaba tanto de menos que creé mi propia versión de ti. Sin pretenderlo distorsioné tu imagen.

A veces deseé tanto tu compañía 
que el aire se negó a entrar en mis pulmones encharcados de añoranza.

Quise que vivieras tu vida sin mí y a la vez conmigo. Y entre esa presencia y esa ausencia se instaló mi pena latente.

Me faltaron tanto tus abrazos que me acostumbré a tener el cuerpo frío.
No fue tu culpa, sólo mía:
Te hice cargar con el peso de una ciudad convirtiéndote en el epicentro de mi nostalgia.

Me vi crecer, cambiar y trazar nuevos caminos. Aprendí a caer, recogerme y volver a empezar.
Tu sombra ausente no pudo compartirlo.

Has de entender que me fuera: cuando te acostumbras a la soledad dejas de estar sola. No es que ya no duela, es que ya no tiene rostro.

Todavía se me encoge el corazón al pasar por el aeropuerto. Son tantas las lágrimas que dejé allí, que aún se mojan los pasaportes al cruzar la aduana.

Por eso, amigo mío, déjame ir tú también. Porque cada vez que veo la pena y acusación en tu mirada, vuelvo a sentir el peso de aquellas maletas vacías de ti.

Autora

Leneapolis

Subido por

Rafael Sánchez Pérez