Revista Literaria de Estudiantes de la Facultad de Filología – UNED

Para que bailemos sobre los charcos

Una hoja que no cae, o si cae, baila, o si baila, se mece.

Con tus manos, con tus lágrimas de violonchelo, se mece.

Una hoja seca, que no está seca, que son hojas y de colores.

Rodeada de árboles y de valla azul, de un columpio a tus pies.

 

Un columpio que nunca baja, solo sube, y planta semillas.

Las semillas que somos, las hojas que crecen y bailan.

Y cierro los ojos. Y abro los ojos. Ahora y siempre.

 

Y me subo al columpio y sueño. Y sueñas.

Con la luna que no vi y las estrellas que nombré.

Que nombré sin nombrar y canté sin cantar

la canción que me cantan las nubes.

 

Para que bailemos sobre los charcos

en esta noche de luna llena, de hojas de primavera,

Que bailan entre tus manos y las mías.

Y cierras los ojos. Y abres los ojos. Ahora y siempre.

 

Una hoja que no cae, o si cae, baila, o si baila, se mece.

Se mece y vuela entre tus manos y las mías.

Una luna que ilumina los remos

y apaga la distancia entre tú y yo.

 

Pennylanebcn, 6 de abril de 2018

Autor:

Pennylabcn

Subido por:

Juan Carlos García Sanrafael